J. T., El Puig

El Museo de la Imprenta y las Artes Gráficas abrió ayer sus puertas tras una remodelación que ha permitido ampliar sus instalaciones y exhibir más de 60 grandes máquinas y 80 obras gráficas. El museo, ubicado en el Monasterio de Santa María del Puig- inmueble que tiene en régimen de alquiler la Generalitat por 80 años-, se divide en seis salas que repasan desde el inicio de la imprenta en el siglo XV hasta la difusión de las obras y el nacimiento de la prensa. Los trabajos para habilitar las salas del museo comenzaron a principios de 2007 y han supuesto una inversión de 800.000 euros. Se exponen más de 500 elementos vinculados a la actividad gráfica como planchas, fotolitos o xivalets, donados en su mayoría por Ricardo Vicent, José Huguet y Gonzalo Sales.

El museo toma el relevo al inaugurado en 1985 tras una remodelación que ha permitido ampliar de 250 a 1.800 metros las instalaciones. Responsables del área de patrimonio indicaron la intención de ampliar el museo en las plantas superiores del monasterio.

Las instalaciones arrancan con una oferta de colección permanente que será gestionado directamente por el servicio de museos. Posteriormente se designará un director y se ampliará la oferta con exposiciones temporales en el claustro del monasterio. Los técnicos catalogarán los fondos para programar las exposiciones temporales.

El museo se divide en seis espacios. La Sala Gutemberg acoge una réplica exacta de la prensa de madera del siglo XV y las máquinas utilizadas ya en el siglo XVIII, cuando se produce el tránsito al hierro. También pueden contemplarse facsímiles de Els Furs o de la Biblia de 42 líneas de Gutemberg. En la segunda sala se exhiben las máquinas "Minerva".

Ya en el tercer espacio se desarrolla la historia de la imprenta, desde sus orígenes orales a la primera obra literaria impresa en Valencia en 1474, Les Obres o Toves en Lahors de la Verge María. La sala de las artes gráficas detalla la evolución de la tipografía o la fundición de tipos hasta llegar al ordenador más de 500 años después. La sala de artes impresas muestra útiles para el grabado y un espacio al valenciano Ernest Furió. En este área pueden contemplarse 63 incunables impresos por Ricardo Vicent para el club Konrad Haeber como la Tragicomedia de Calixto y Melibea y de la vieja puta Celestina o bien Silenos de Alcibíades, de Erasmo de Rotterdam. La sala de la difusión se dedica al origen de la prensa en Valencia y a la cartelería. Se muestran carteles de Lotografía Ortega o serigrafías de Eusebi Sempere o Antoni Tàpies.

También puede encontrarse una reproducción de la única máquina en el mundo que puede reproducir la primera página del Tirant. Copia de la máquina con la que se imprimieron los 750 ejemplares de la obra.

La consellera de Cultura, Trinidad Miró, inauguró ayer el museo junto a la directora general de Patrimonio Cultural Valenciano, Paz Olmos y el alcalde del Puig, José Miguel Tolosa.

Miró destacó que "es indiscutible el protagonismo de Valencia en la difusión de la imprenta" y la ininterrumpida actividad impresora que "desde el siglo XV se desarrolla en esta ciudad es razón suficiente para avalar la existencia de un museo".

La consellera defendió que el museo abre sus puertas "con una de las mayores y mejores colecciones que existen en Europa".