Alfons Garcia, Valencia

La momia de Carlos de Evreux y Trastamara, Príncipe de Viana (1421 - 1461), que al final ha resultado falsa, ha sido la estrella de la investigación genética desarrollada durante diez en el Monasterio de Poblet (Tarragona), como publicó ayer Levante-EMV. Sin embargo, el estudio de los restos óseos de otros 110 individuos -no identificados- de la corona y de familias nobles ha aportado también resultados sorprendentes. Uno de ellos, según ha explicado el profesor de Antropología de la Universidad de Granada Miguel C. Botella, ha sido la localización de huesos afectados por sífilis, algo muy poco habitual y que sirve para certificar que esta enfermedad ya existía en Europa y no vino de América tras el descubrimiento de 1492, como una teoría sostiene. En opinión del experto, algunos de estos restos óseos que presentan marcas de sífilis proceden de los siglos XIII y XIV.

La antigüedad de los huesos es el punto clave para esta tesis. No hay ninguna documentación cronológica al respecto, pues el material, procedente de la iglesia del monasterio, estaba todo mezclado dentro de cajas de madera y protegido con un algodón que había sido infectado por hongos. Sin embargo, Botella no duda al datar estos restos en los siglos anteriores a la conquista, ya que presentan rasgos característicos anatómicos de aquella época. Uno de ellos es la disminución del canal medular.

El antropólogo ha destacado la importancia de poder analizar restos del siglo XIII, circunstancia poco usual. El estudio ha sacado a la luz que la afección principal de estos huesos son traumatismos y heridas. Entra dentro de la lógica, ya que al tratarse de nobles y miembros de familias reales se dedicaban básicamente a guerrear.

Sobre el origen de la sífilis, mal que se extiende por Europa a partir de 1494, hay dos teorías: una considera que es una enfermedad que trajo de América la tripulación de Cristóbal Colón; otra dice que ya existía antes y que es incluso una de las dolencias descritas por Hipócrates.

Los restos del Príncipe de Viana y los de los Cardona-Segorbe ya han sido analizados. Está por ver si los de Jaume I, custodiados también en Poblet, siguen el mismo camino. El abad, Josep Alegre, se mostró dispuesto el pasado martes a aceptar la apertura del sepulcro del Conqueridor, siempre que el patronato del monasterio lo apruebe. El mismo argumento utilizó ayer la consellera de Cultura, Trinidad Miró, quien trasladó la decisión al órgano donde figuran los gobiernos de Cataluña, Aragón, Baleares y la C. Valenciana.