Levante-EMV, Valencia

La asistencia de alguna autoridad valenciana al tradicional Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena se está convirtiendo casi en un rito navideño. Los que han tenido la fortuna de estar presentes este año en la Sala Dorada del Musikverein de la capital austriaca han sido la presidenta del Palau de la Música, Mayrén Beneyto, y el subdirector del auditorio, Ramón Almazán.

Los responsables de la institución valenciana acompañaron al músico Daniel Barenboim en su debut en el emblemático Concierto de Año Nuevo. Precisamente, el maestro argentino-israelí fue el elegido el pasado 21 de abril para cerrar las conmemoraciones por el vigésimo aniversario del Palau de la Música con un concierto en el que se puso al piano acompañado por la Orquesta de Valencia y bajo la batuta de su discípulo Yaron Traub. Barenboim -medalla de la entidad valenciana desde 1998- también estuvo en 2007 en el Palau de la Música, en aquella ocasión al frente de la Filarmónica de Viena, la misma a la que dirigió ayer en la actuación más deseada por los aficionados a la música clásica de todo el mundo.

El auditorio valenciano no aclaró ayer si Beneyto y Almazán pagaron sus entradas o acudieron ayer al Musikverein invitados por Barenboim. Aunque se hayan costeado el lujo, lo más lógico es que el músico haya intermediado, dado que el director anual del concierto dispone de un cupo de localidades y que adquirir entradas es tarea casi imposible.

La ex secretaria autonómica de Cultura Concha Gómez estuvo en 2007 en el famoso concierto gracias a este método. Dirigía entonces Zubin Mehta -responsable del Festival del Mediterrani del Palau de les Arts- y él le consiguió dos entradas junto a la de su esposa. Gómez aseguró que pagó 680 euros por cada una de ellas con el fin de cumplir uno de los sueños de su vida.

También el actual presidente de la Generalitat, Francisco Camps, acudió al famoso concierto vienés en 2003. El viaje corrió a cuenta de su bolsillo, aclaró asimismo el entonces candidato a jefe del Consell.

Una prueba de la dificultad de lograr entradas es que estas se sortean con un año de antelación. Así, el proceso de venta de entradas para el Concierto de Año Nuevo de 2010 comenzará hoy. "Debido a la demanda extremadamente alta, las entradas se rifan al inicio de cada año, por lo que hasta el 23 de enero se aceptarán solicitudes", anuncia la Filarmónica en su web.

Se explica que, "de esta forma, los amantes de la música de todo el mundo tienen las mismas posibilidades de comprar estas entradas tan deseadas", cuyos precios varían de 25 a 940 euros.

Haydn se cuela en el programa

Con respecto al concierto de ayer, Barenboim debutó con un exquisito culto a la música de la dinastía de los Strauss y abriendo el año de jubileo del compositor austríaco Joseph Haydn.

Los tradicionales valses y polcas de Johann Strauss, de su padre y de su hermano Josef, se combinaron con las oberturas de las operetas Una noche en Venecia y El Barón Gitano, también de Johann, y el Vals español, de Josef Hellmesberger.

Por primera vez, el programa incluyó una obra de Haydn (1732-1809), uno de los mayores exponentes del clasicismo, y abrió así el año de conmemoración de los 200 años de su muerte en Viena.

"La Filarmónica de Viena y yo les deseamos Feliz Año Nuevo", dijo Barenboim en alemán, después de expresar en inglés su deseo de que 2009 sea un año de paz, y antes de interpretar la segunda propina, El Danubio Azul, y de que La marcha Radetzky cerrara el acontecimiento al ritmo de las palmas del público.

Entre numerosos juegos de complicidad con el público, Daniel Barenboim encontró un momento de solemnidad para recordar el conflicto palestino-israelí al incluir entre sus deseos para 2009 el de "justicia en Oriente Próximo".