Efe, Valencia

La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) estrenó ayer en el Teatro Principal de Valencia Don Gil de las calzas verdes, una comedia de enredo de Tirso de Molina que retrata la vida carcelaria y las dificultades a que tenían que enfrentarse las mujeres del Siglo de Oro.

Eduardo Vasco dirige en este montaje a uno de los cuatro elencos de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, una de las especialistas en el teatro español del Siglo de Oro.

Don Gil de las calzas verdes, escrita en 1635 por Tirso de Molina, es una comedia situada en la recién estrenada corte del reino que retrata la sociedad de la época, a partir de los personajes que participan en la historia central: la recuperación del honor de Doña Juana tras ser abandonada por su amante.

Así, aunque la obra comienza como un drama de honor, pronto deriva en una comedia que hace uso de todo el repertorio teatral de Lope de Vega, y donde el enredo se construye por medio disfraces, identidades falsas y equívocos.

No en vano, con la finalidad de recuperar a Don Martín, la protagonista, Doña Juana se disfrazará de hombre para seducir a Doña Inés, la nueva prometida del hombre que la abandonó.

Tirso, heredero del lirismo de Lope de Vega y la arquitectura dramática de Calderón de la Barca, estaba "fascinado por los problemas de la mujer en un tiempo carcelario como el del Siglo de Oro",.

Para Vasco, "el gran tema" de esta obra es el de "la mujer inconformista" pese a sus condiciones de vida "carcelarias", y las "claves que tenía para saltarse las reglas", que Tirso desgrana en la obra.

Pepa Pedroche, que encarna a Doña Inés, sostuvo que Tirso debía de ser "muy buen conocedor de las mujeres", a quienes concede el privilegio de lograr "todos sus fines" en Don Gil de las calzas verdes.

Doña Inés se enamorará de una Doña Juana que se hace pasar por Don Gil-que siempre va vestido con calzas verdes- para intentar enamorarla y apartarla así de Don Martín.

La comedia se complica más todavía cuando doña Juana tiene que hacer el papel de hombre, como Don Gil, y de mujer, como Doña Elvira, otra falsa identidad que se crea ella misma para poder congeniar con Doña Inés, esta vez de mujer a mujer.