La actriz explicó así a Efe la "inesperada" conexión que surge durante un momento íntimo que comparten Aurora, la fría atracadora que ella interpreta en la película "Sólo quiero caminar", y Gabriel, el mafioso al que da vida Diego Luna, cuando ambos personajes apenas se conocen.

"Son dos personajes muy metidos en sí mismos. Y se produce una conexión que ni buscan, ni quieren y que es brutal", explica la intérprete de "Belle Epoque" y "El laberinto del fauno".

"Si el enamoramiento se queda sólo a un nivel racional, entonces no va a ninguna parte", indicó.

Gil define a Aurora, una ladrona reincidente que recurre habitualmente a hombres de compañía, como una "mujer guapa" y muy "consciente de su sexo" pese a que a lo largo de la cinta de Agustín Díaz Yanes aparece sucesivamente bañada en sudor, barro y sangre.

"Siempre me he sentido fuera de lugar cuando me han caracterizado de guapa", afirmó la actriz, de 40 años, que asistió a Berlinale a presentar la película en la sección de Panorama.

Desde el duro rodaje de "Sólo quiero caminar", en la que comparte cartel con Victoria Abril, Elena Anaya y Pilar López de Ayala, Gil ha perseverado en la práctica del boxeo, aunque también hubo de aprender a escalar paredes, trabajar con el metal y perforar paredes.

"Hasta entonces no había ido al gimnasio en mi vida", explicó la actriz, quien disfruta de la "descarga" y la "diversión" que le reportan las sesiones de boxeo y la "forma física" que se deriva de su práctica.

"Hay algo en el boxeo que está vinculado con la actuación y es que debes interactuar con tu compañero y reaccionar a sus acciones", explicó Gil, a quien su reciente afición por el boxeo le pilló por sorpresa.

"No me he pegado con nadie en la vida" bromeó.

La intérprete de "Amo tu cama rica" explicó que la construcción del personaje de Aurora, como le ha ocurrido con otros papeles, le supuso "una montaña" antes de empezar la película dada su complejidad, pero que al prepararse para el rodaje, lo fue haciendo suyo.

No obstante, considera que lo más complicado de dar vida a Aurora, un papel que le valió una nominación al Goya en la categoría de mejor actriz, fue mostrar "casi sin palabras" que bajo la gran dureza y autocontrol del personaje subyace una mujer "rota" y "con corazón".