A ritmo de mariachi comienza y termina la película, que se exhibió en la sección de Panorama del festival, en la que Maco, un entrañable rufián entrado en carnes, parrandero y embaucador, se vale de mil tretas para llevar hasta México a dos mujeres y un adolescente que sueñan con alcanzar Estados Unidos.

Según explicó a Efe el cineasta, la idea de la producción surgió de la propia "vanidad" de Maco, quien se acercó al equipo de rodaje en un "taberna de Guatemala" y les propuso que plasmaran su vida y su trabajo en la pantalla.

El propio Maco lo recibe al final de la cinta: "Siempre quise escribir un libro para contar mi vida. Pero como la gente no lee, hago una película".

"Casi tuvimos que frenarlo un poco en su camino al estrellato", apuntó el director, quien ya acudió hace dos años al Festival de Cine de Berlín con "Estrellas de la línea", la historia de un grupo de prostitutas guatemaltecas que forman un equipo de fútbol.

Los cuatro miembros del equipo de la película convivieron durante las tres semanas del trayecto con los viajeros -los tres emigrantes y el "Coyote"- con el fin de poder "vivir la aventura más intensamente" y permitir a los protagonistas sentirse lo bastante cómodos como para "desnudarse" emocionalmente ante la cámara.

Asomado al día a día del variopinto grupo, el documental muestra los momentos de tensión, camaradería, risas y lágrimas del aventurero cuarteto ante los obstáculos de un peligroso camino.

"Dejando fuera los lugares en conflicto, creo que la ruta de Guatemala hasta México es uno de los escenarios más peligrosos del mundo", explicó el cineasta quien, al igual que los emigrantes, fue objeto de atracos y de exigencias de soborno por parte de las autoridades.

Incluso un miembro mexicano del equipo de rodaje fue despedido por colaborar con los asaltantes. "Nos dimos cuenta de que alguien nos delataba. Los atracadores sólo se llevaban el dinero pero no las cámaras. Era una forma de robo sostenible porque así se aseguraban de que seguíamos por allí y podían volver a hacerlo", explicó.

Documentos falsos, planes de huida, mentiras y sobornos se suceden a lo largo del trayecto, que cada año toman cerca de medio millón de centroamericanos en busca de la tierra prometida.

"La cosa aquí es tener fe en dios", asegura Maco en la película a sus compañeros de viaje, cuya intención es quedarse ilegalmente en México haciéndose pasar por mexicanos hasta que surja la oportunidad de cruzar a Estados Unidos.

Para ello, so sólo deberán aprenderse nuevos nombres y profesiones sino también memorizar el himno del país. Pero la policía de inmigración les acecha y permanentemente les acompaña el miedo de la deportación.

"Yo soy un artista, un director de actores". Así resume el imaginativo malandrín el cambio de identidad al que somete a sus clientes, para quien considera que está haciendo "una labor social".

La cinta, que pasará por el festival de documentales de Madrid, se estrenará en España en el mes de junio.

Las artimañas de Maco han terminado por jugarle una mala pasada, ya que le han hecho perderse el estreno de "su" película en Berlín.

"Ya tenía el billete comprado, y pagado por el Gobierno de Guatemala, pero al ir hacerse el pasaporte resultó que todos sus documentos eran falsos, no tenía ni uno auténtico, y no pudo salir del país", explicó Rodríguez.