A. G., Valencia

Una nueva sala de teatro de Valencia que baja el telón por última vez. Se trata de Off, que funcionaba desde hace siete años junto a la escuela de artes escénicas del mismo nombre en la calle Turia, en el barrio del Botànic. Han sido los problemas con el ayuntamiento para obtener la licencia de actividad los que han motivado el cierre, que ha obligado a cancelar varios estrenos que esta sala privada alternativa tenía programados, incluidas seis representaciones del festival Dansa València, que organiza Teatres de la Generalitat. Puede ser el tercer escenario que la ciudad pierde en pocos meses, si la amenaza que pende sobre Carme Teatre en forma de plan de reordenación urbanística se acaba ejecutando. Además de los dos casos citados, l'Altre Espai, que era programado por Cultura, se ha quedado sin el apoyo de la Generalitat para la próxima temporada.

El cierre por orden municipal de Off se ejecutó hace unas semanas -cuando iba a representarse 77.7 La Sintonía de las Estrellas, que se trasladó a otra sala-, pero ha sido recientemente cuando la empresa ha difundido la situación, pues sus responsables pensaban que las gestiones con el ayuntamiento y Teatres podrían dar resultados. Sin embargo, "están enrocados", asegura ahora el director de la sala, Pedro Giménez. "Mucha gente nos pregunta por la programación y pensamos que teníamos que informar", señaló en declaraciones a Levante-EMV, al tiempo que hizo hincapié en que la escuela de teatro mantiene su actividad normal, "con el inconveniente de no tener la sala", apostilló.

El espacio escénico Off tiene aforo para un centenar de personas y un escenario de unos 100 m2. Es "la joya" de la empresa, por donde han pasado numerosas compañías valencianas y de otras partes de España desde diciembre de 2002, con el sello de la innovación y la vanguardia.

La sala ha tenido tres denuncias vecinales por ruidos, según consta en el informe municipal, pero los responsables de Off aseguran que insonorizaron la cubierta en septiembre de 2008 y adaptaron sus horarios para no acabar las funciones más tarde de las 22 horas. Estaban dispuestos, afirman, a aumentar la insonorización, si era necesario, pero al final, tras muchas gestiones durante cuatro años con el ayuntamiento para obtener la licencia de actividad se encontraron en el otoño de 2008 con la nueva ordenanza de contaminación acústica, que dice que discotecas, salas de baile y análogas "no podrán ubicarse en edificios de uso dominante residencial o de uso mixto con uso residencial". Con esta norma por delante, "nunca podremos tener licencia, aunque insonoricemos", asegura Giménez, quien califica de "vía crucis" la situación y subraya la dificultad de ubicar salas en el centro de la ciudad con estas condiciones.

Off ha manifestado asimismo a través de un comunicado que no ha recibido ninguna subvención y no quiere cerrar. Y ha invitado a la profesión a luchar por el mantenimiento de estos espacios alternativos. El ayuntamiento no ofreció ayer ninguna información sobre la situación de esta sala.