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El arquitecto valenciano Vicente Guallart inauguró ayer un espacio público ganado al mar en el puerto de la ciudad taiwanesa de Keelung, llamada Santísima Trinidad por los españoles.

"Nos sentimos muy honrados de que un arquitecto español haya sido el diseñador de este espacio público que es parte de un proyecto de puertos internacionales de ingreso a Taiwán", dijo el alcalde de Keelung, Chang Tong-rong.

Keelung es el principal puerto septentrional de Taiwán, situado a unos 30 kilómetros al norte de Taipei y donde los españoles establecieron en 1626 el poblado de Santísima Trinidad, donde construyeron el Fuerte San Salvador, perdido ante los holandeses en 1642.

Ahora, después de ganar el concurso para la construcción del espacio público en 2003 y de cuatro años de obras, Guallart dice que lleva a Taiwán "el ambiente español y mediterráneo del modelo Barcelona, iniciado en 1986 y que culminó en 1992".

Guallart (Valencia, 1963) está afincado profesionalmente desde 1992 en Barcelona, donde está al frente del Institut d'Arquitectura Avançada de Catalunya. Ecología y autosuficiencia son los conceptos fundamentales que vertebran sus proyectos. Estos se extienden por diversas partes del mundo, aunque Taiwán se ha convertido en uno de los países centrales de su trabajo, ya que además del puerto de Keelung ha ganado dos concursos más en otras ciudades. Guallart fue el único representante español en la última Bienal de Arquitectura de Venecia. En Valencia, es uno de los responsables del barrio llamado Sociópolis, que debe levantarse en la pedanía de La Torre. Desarrolla también una actuación en la fachada marítima de Vinaròs y dibujó el proyecto de recuperación de la cantera del castillo de Dénia.

El espacio público de Keelung, construido sobre 10.000 metros cuadrados ganados al mar a un coste de 5,5 millones de euros, busca "devolver al público el espacio ciudadano para que se lo apropie", explicó Guallart.

Las letras como asiento

El elemento más característico de la obra de Guallart son las letras Keelung, que aparte de decoración sirven de asientos, y un mar de figuras geométricas de madera que forman "un gran jardín zen", en palabras del autor.

Los encargados del proyecto visitaron varias veces Barcelona, que sirvió de inspiración, lo que se ha plasmado en que "una ciudad oriental haya importado diseños de España".

"En Asia no hay espacios públicos como los españoles, y con el crecimiento cuantitativo de las economías se ha producido también un deseo de mayor calidad", apuntó el arquitecto valenciano.

El proyecto de Keelung se enmarca en esa tendencia de "buscar mayor calidad de vida" y ofrece un lugar de reunión ciudadana entre "una vía de comunicaciones muy transitada y el mar", añadió Guallart.

Los otros concursos de construcciones públicas que el arquitecto ha ganado en Taiwán se ubican en Fuchi y Pisha. Las obras del puerto de la primera ciudad se iniciaron en febrero pasado; las del segundo están aún sin empezar.