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Más de veinte años después de inaugurada la primera fase de las obras de rehabilitación y ampliación del Museo de Bellas Artes de Valencia, San Pío V, el museo valenciano tendrá todas sus instalaciones concluidas. Al menos, las fechas son las estipuladas en el concurso convocado por el Ministerio de Cultura para la elaboración del proyecto de ampliación de la quinta fase y que acaba de ser adjudicado de forma provisional.

Según fuentes de la gerencia de infraestructuras culturales del Ministerio de Cultura, al concurso se presentaron un total de 14 proyectos ocultos bajo lema. Sin embargo, se da la circunstancia de que el proyecto ganador fue el presentado por el arquitecto Álvaro Gómez-Ferrer. Este, junto a Manuel Portaceli, fue autor del primer proyecto global de intervención en el complejo museístico. Juntos firmaron las obras que llegaron a ser presupuestadas y dotadas durante el último gobierno socialista. Sin embargo, a mediados de la década de los noventa y coincidiendo con el primer gobierno de Aznar, el PP desestimó la iniciativa, anuló una parte de las obras y optó por la modificación del plan integral.

Esa decisión es la que ha tenido aparcada la quinta fase de las obras tantos años, además de diferentes problemas de intercambio de solares entre gobierno central, autonómico y municipal y las características que han ido reclamando e incorporando los sucesivos directores generales de la Generalitat. Así hasta la fecha.

Ahora, sobre el papel, todo parece desatascado e incluso los presupuestos del Ministerio tienen incluidos los 600.000 euros con que está presupuestada esta obra que cambiará la fisonomía y los accesos al centro.

La parte positiva es que, al menos, la propuesta de Gómez- Ferrer garantiza una cierta coherencia a la finalización de la obra ya que permitirá concluir un proyecto que cerrará el museo por su parte trasera.

La quinta fase de las obras prevé no sólo la conclusión de un proyecto que ha de arrancar su crecimiento desde la denominada sala Laporta, motivo cuya desaparición arquitectónica fue utilizado como excusa para anular el proyecto inicial, sino también la rehabilitación e integración del pabellón Benlliure, anexo al museo.

Pero lo más importante está contemplado en la rehabilitación y puesta en valor del edificio noble, la parte más abandonada y que actualmente alberga a la Academia de Bellas Artes de San Carlos. El edificio histórico tiene serios problemas de conservación. Desde hace años sufre desprendimientos en su fachada principal y su aspecto es casi de total abandono.

Además, otra parte destacable es el nuevo acceso principal con que contará el museo que se prevé se realice desde los jardines de Viveros. La conexión se efectuará desde el edificio histórico que conectará con el patio del Embajador Vich reintegrado en el museo tras su desinstalación del antiguo Convento del Carmen.

Según las primeras estimaciones, el inicio de las obras se realzará durante el año 2011 y su duración se estima que se prolongará entre dos y tres años por lo que la conclusión se demorará más allá de los previsto. De haberse cumplido las estimaciones iniciales, la total rehabilitación se debería haber inaugurado en el transcurso del año 2003.