Tres cuartos de entrada en tarde muy nubosa. Novillos de Guadaira, bien presentados y de excelente juego. Sobresalió por su calidad el 1º. El rejoneador Alfonso López Bayo, vuelta tras aviso. Fernando Tendero (lila y oro), oreja y dos orejas. Christian Escribano ( azul y oro), oreja y oreja. Actuó como sobresaliente Manuel Sarrión (grana y oro).

Ayer se celebró el último festejo de la feria de novilladas de Algemesí. Un espectáculo que, a pesar de la lluvia caída antes del festejo, se pudo celebrar con absoluta normalidad.

Una feria en la que el ganado ha estado en general bastante por encima de los novilleros, ya que el balance artístico ha sido discreto, a pesar de las puertas grandes abiertas por Adrián de Torres. José María Arenas, José Arévalo, Paco Chaves y los dos actuantes de ayer. Para e l recuerdo, Juan del Álamo y la carta de presentación que dejó el becerrista Román.

Entre el ganado, que en general ha estado muy bien presentado, reseñar sobre todas la enrazada, exigente e importante novillada de Cebada Gago, en la que sobresalió por su bravura Soberano.

Ayer el espectáculo contó con otro extraordinario encierro. Y es que los novillos de Guadaira, con cuajo y plaza, dieron gran juego. Sobre todo Podador, lidiado en primer lugar, que tuvo tanta calidad como alegría, tranco y motor. Más corto se quedó el segundo, cumplió el de rejones, tremendamente codicioso resultó el cuarto y repitió sin desmayo el quinto.

Frente a ellos, Fernando Tendero mostró una notable técnica, oficio y sentido de la ligazón, así como un contundente manejo de los aceros, aunque no dijo demasiado. Por su parte Cristian Escribano anduvo tan firme y voluntarioso como sobrado de aguante. Dio muchos muletazos, pero carentes de sentimiento alguno. Completaba el terceto el rejoneador Alfonso López Bayo, a quien le tropezaron en exceso las cabalgaduras en sus embroques.