El presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, echó ayer un nuevo pulso a la Generalitat Valencia, aunque en este caso en temas relacionados con la política cultural. No sólo dejó por tierra el trabajo que realiza el Consorci de Museus de la Generalitat, organismo supraautonómico que coordina la política de exposiciones del Consell, sino que se desmarcó abiertamente de él anunciando la desvinculación formal de la corporación provincial que él preside.

"Sus propuestas no tienen nada que ver con lo que nosotros queremos, así que no podemos seguir colaborando con ellos. Nosotros queremos dirigir nuestras propias exposiciones". Ese fue el argumento utilizado por Ripoll y que a buen seguro sonaría ayer como una bomba de relojería en el departamento de la Avenida de Campanar que dirige la consellera de Cultura, Trini Miró.

Pero además, Ripoll iba más allá presentando un nuevo responsable que será el encargado de gestionar los espacios culturales adscritos a la diputación. El elegido es Juan Manuel Bonet, ex director del IVAM.

Sin embargo, Ripoll, no se sabe si como guiño o producto del desconocimiento, afirmaba que aunque su interés no pasaba por colaborar con el Consorci de Museus sí figuraba hacerlo con el IVAM.

Se da la circunstancia de que Consuelo Ciscar, actual directora del IVAM y promotora del Consorci de Museus durante su etapa como directora general a la órdenes de Eduardo Zaplana, fue quien forzó la salida apresurada de Bonet del IVAM. Lo hizo con el polémico caso de la escultura de Sanleón, El esclavo.

Ciscar dio la orden de colocar la pieza de Sanleón en la explanada del IVAM sin negociarlo con el director del museo, entonces Bonet. Este reaccionó exigiendo su retirada. Al final, José Sanleón optó por destruir la escultura a las puertas del museo convirtiendo aquel caso en uno de los más sonados de la década de los noventa. Al poco tiempo de este hecho, Bonet, que había llegado al IVAM bajo la influencia de la Moncloa y el entorno de Aznar, abandonó el museo para asumir la dirección del Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

El Consoci de Museus fue creado en 1996 dentro de una política de control cultural desde la Conselleria de Cultura por parte de Consuelo Ciscar. Para ello creó un organismo al que invitó a formar parte a las tres diputaciones-la de Alicante estaba presidida por Julio de España- así como a los tres principales ayuntamientos de la Comunitat. Cada diputación aportaba al año 150.000 euros, 50.000 los ayuntamientos. A cambio, el Consorci se comprometía a organizar exposiciones que luego movía por los museos y espacios adscritos a cada uno de los organismos adheridos. En el caso de Alicante figuraba el Palacio Gavina, la Lonja del Pescado o el Castillo de Santa Bárbara. Aunque existía un comité asesor y un patronato, la política de exposiciones era dictada desde la Conselleria de Cultura por deseo de Eduardo Zaplana.

En la actualidad, Ripoll y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, mantienen un pulso político, mientras que Trini Miró y su secretario autonómico, Rafael Miró, ambos alcoyanos, pertenecen al sector campsista que ayudó a separar a los zaplanistas de los órganos de poder en la comarca.