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El Ballet Marinski -nombre actual de lo que se llamó antes Ballet Imperial, Soviet Ballet o Kirov- tiene una trayectoria de 270 años. Y el pasado pesa, como deja claro el director de la compañía desde el principio de la conversación. Yuri Fateev (San Petersburgo -entonces Leningrado-, 1964) llegó al Marinski en 1982 y desde hace casi dos años está al frente del ballet.

Es el hombre de confianza de Valery Gergiev -el director artístico del teatro y la orquesta-, con el que ha compartido todos los ensayos previos a las tres funciones que la compañía ha ofrecido en el Palau de les Arts. A su lado, durante las pruebas, tres veteranas profesoras rusas corrigen el más mínimo fallo en la posición de cualquier bailarina. Eso es el Marinski: la esencia de la escuela rusa; pureza, clasicismo radical, disciplina hasta el límite. "Los bailarines se mueven juntos porque respiran juntos", ilustra Fateev a Levante-EMV. En resumen, "el ballet ruso es uno de los más importantes en el mundo y el Marinski especialmente, como guardián de la tradición antigua y clásica". Y él, claro, como director, ejerce de cancerbero mayor.

La clave para conservar la pureza clásica es la escuela en la que la compañía se apoya: "Ningún ballet en el mundo tiene detrás a la Academia Vaganova. Eso da al Marinski su sentido especial".

Eso, y los profesores que pulen cada día a los bailarines, porque "en el ballet no hay partitura" y el conocimiento se traspasa de generación en generación. Los coreógrafos actuales trabajaron con los de la mitad del siglo XX, explica, y éstos, con los inicios de centuria, ilustres como Mikhail Fokin y Marius Petipa. "Escuchar a esta gente nos da el talento. Este es el estilo que mantiene a la compañía en muy buena forma y hace que tenga un sello especial".

No hace falta decir qué representa la disciplina en una escuela como la del Marinski. "Si eliges la vida del ballet has de trabajar todos los días. Si lo dejas un día, no avanzas; si no te preparas en varios días, das pasos atrás, y si no vas en una semana caes muchos escalones y tal vez no vuelvas al lugar inicial", solemniza.

Fateev considera "imposible" descubrir quién va a ser una estrella entre aquellos que empiezan. Porque no bastan condiciones físicas. Es necesario además una buena mente y trabajar duro día a día. Que se den los tres elementos en una misma persona es "algo muy raro", afirma. ¿Qué le dice su experiencia? "Por lo general, los físicamente más adecuados no son después las estrellas, sino los que más se esfuerzan. Tenemos bailarines principales que nadie daba al principio un duro por ellos".