­La noticia de la muerte del pintor e ilustrador Enric Solbes, a causa de un ictus y por sorpresa debido a su juventud, conmocionaba ayer al mundo editorial y al de la cultura en general ya que, aunque Solbes había desarrollado gran parte de su carrera como artista plástico e ilustrador, también estaba vinculado desde su fundación a la compañía teatral Albena cuyas carreras habían corrido de forma paralela.

Aunque nacido en Alcoi hace 49 años, Solbes se estableció de joven en Valencia y durante un tiempo, junto al también artista Adriá Pina, formó parte del entorno del pintor Manuel Boix.

Sin embargo, Solbes se decantó finalmente por la ilustración. Desde hace años era el responsable de la imagen gráfica de la editorial Bromera donde, además de ocuparse del diseño de sus revistas o carteles, también se ocupaba de muchas de sus publicaciones. De hecho, su entrada en la editorial lo hizo ilustrando una obra del escritor de Sueca Josep Franco y con una obra del mismo Franco, Rondalles Valencianes, ganaba este año el premio al Llibre Valencià Millor Il.lustrat.

De trazo fácil y gran belleza plástica, muy Iluminista y de singulares detalles, su obra tenía una personalidad muy definida. Por ello, junto a Miquel Calatayud estaba considerado una de las mejores firmas de sugénero y miembro de una generación única en la ilustración valenciana. Era autor de más de un centenar de carteles relacionados no sólo con los libros sino con los certámenes de música, espectáculos, campañas institucionales...

Hace apenas una semana, Solbes se reencontraba con el mundo pictórico y después de casi tres lustros de silencio inauguraba en la Casa de Cultura d´Alzira una exposición cuya visita es ahora el mejor homenaje. Sus restos mortales eran despedidos ayer en el Tanatorio de Alzira.