El corazón del actor, cantante y showman valenciano Joan Monleón no dio más de sí. Y ayer, al filo de las once de la mañana, se apagaba definitivamente dejando en la memoria de muchos de sus seguidores el recuerdo de un hombre que dedicó su vida al mundo del espectáculo y que más que crear un personaje se convirtió él mismo en el estereotipo del hombre divertido, el personaje que hizo las delicias de los televidentes durante los años ochenta.

Joan Monleón de 73 años, miembro de una familia sencilla que se hizo a si mismo a base de trabajo y creer en lo que hacía, fallecía ayer en el hospital 9 de Octubre de Valencia a causa de una complicación cardiaca.

El artista, retirado de los escenarios desde hace años aunque de vez en cuando efectuara algún tipo de aparición en películas o series- había sido invitado recientemente a tener un pequeño papel en la serie Tarancón, el quinto mandamiento que en la actualidad se rueda-permanecía hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital valenciano desde comienzos de este mes. Sin embargo, en los últimos dos meses había pasado cortas temporadas en el mismo centro a causa de sus problemas cardiacos. Aún así, lograba superar los contratiempos.

Sin embargo, su última hospitalización lo condujo directamente a la UCI donde las últimas semanas había permanecido sedado. Los médicos hacía tiempo que habían notificado a familiares y amigos más próximos el fatal desenlace ya que su situación era irreversible. De hecho, su salud se iba deteriorando día tras día y el final se produjo como consecuencia de colapso global.

"Al menos se ha ido sin sufrir", afirmaban ayer a Levante-EMV fuentes familiares quienes recordaban que su fallecimiento, aunque esperado, había significado un duro golpe.

Sus restos mortales eran trasladados ayer el tanatorio municipal y hoy a las 14 horas en el Cementerio Municipal se celebrará un acto de homenaje. Después, su cuerpo será incinerado.

Monleón, hombre afable, cariñoso, aunque también con su carácter, era realmente querido por la sociedad valenciana. La Mostra tenía prevista una exposición homenaje este año pero la anuló. Aunque comenzó en la cançó en los años setenta al frente del grupo Els Pavesos, formación irónica que recuperó la tradición valenciana para darle un golpe de chispa, trabajó en el teatro y la revista, participó en más de una veintena de filmes dirigidos por realizadores como Carles Mira, Berlanga, Albaladejo, Toni Canet o Vicente Escrivá o en diversos espacios radiofónicos, era sobre todo recordado por su programa de Canal 9 El show de Joan Monleón, un espacio de la inicial cadena autonómica que se convirtió en líder de audiencia y referente de la pequeña pantalla.

Con su concurso La paella russa, sus monleonetes o las vidrioles que escondían pequeños premios para el público del plató, Monleón se metió con una gran facilidad a la audiencia en el bolsillo y durante cinco mantuvo el espacio entre los más seguidos. De hecho, ayer, nada más trascender su muerte, los foros se llenaban de mensajes, recuerdos y de palabras de agradecimiento a un persona que, como recordaba uno de ellos, dedicó su vida a divertir a los demás.

"Soy producto del pueblo valenciano y he disfrutado"

No tenía más pretensiones que divertir. Así lo reconocía Joan Monleón en la última entrevista concedida a Levante-EMV hace apenas un año con motivo del homenaje que le tributó el Festival Inquiet.

"Soy producto del pueblo valenciano. Simplemente he trabajado. Da lo mismo si en la horchatería, en el teatro, en el cine...Y encima me lo he pasado bien, he disfrutado. Si trabajas en algo que te gusta es lo mejor. Si he hecho feliz a muchos de aquí y parte del extranjero me considero satisfecho", manifestaba.

Además, recordaba que los teatros Alkazar y Ruzafa habían sido algo más que una escuela para él mientras renunciaba de aquellos que hacen humor vulgar y basto para conseguir audiencia al precio que sea. "No hay papeles grandes ni pequeños, todo depende de lo que te propongas. Para mí la televisión es entretenimiento y espectáculo. Estoy en contra de aquellos que creen que la televisión debe ser a base de informativos".

También aseguraba no sentir nostalgia del pasado porque era feliz con su día a día. "La razón es que salgo a la calle y me paran, me reconocen, me dicen cosas. Voy al mercado central y me aplauden...y son gente más joven que yo, que me recuerda y que yo he criado", bromeaba sobre un programa que él definía como un anticoncurso, un reality show antes de tiempo al que "la gente venía a contar sus historias".