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Una gran pantalla muestra una esquina de Nueva York, un sábado cualquiera. En ella, una tienda de puros Montecristo. Ante la cámara fija transitan unos seres solitarios, perdidos, como si aquello recordara el calvario. Todo, en blanco y negro. Otro monitor, ya en color, muestra a los mismos hombres, ahora estáticos. El montaje audiovisual resume el arte reflexivo de José Guedes (Fortaleza, Brasil, 1958), que funde diferentes disciplinas y se sumerge en lo cotidiano para enseñar, criticar y denunciar con ansia universal. Porque, por efectos de la globalización, su ciudad (Ceará) y el Brasil que exhibe en muchas de sus obras podría ser cualquier lugar de este lado del Atlántico.

Guedes es el autor que el IVAM ha elegido para inaugurar 2010. Son 112 obras (la mayoría, 96, fotografías), que han sido donadas en su totalidad por el autor al museo, ensalzó ayer la directora, Consuelo Ciscar. Es la primera individual en España de este artista, que ya participó en el IVAM en una colectiva. Es también una de las tres exhibiciones entre las que se repartirá la aportación de este año del Ministerio de Cultura a la entidad (250.000 euros).

La reflexión sobre la destrucción de la naturaleza es una constante en Guedes. Se ve bien en Monet, serie en la que conjuga fotografía y pintura. Los nenúfares sobresalen sobre un agua en la que emerge la amenaza, cromáticamente atractiva, del aceite. Lo mismo puede decirse de las fotografías de tocones de árboles sobre los que ha dispuesto un espejo que desvela el edificio que los ha quitado de en medio.

La denuncia del colonialismo cultural emerge en las diapositivas que muestran locales que han adoptado en sus nombres el signo estadounidense del genitivo sajón.

Quién busque encontrará una crítica a los "discursos estúpidos", como destacó el comisario, Nilo Casares, en Nao, una videoinstalación con cuatro televisores que miran a la pared y de los que sólo sale barullo.

La reflexión sobre la identidad y el engaño de lo que ven los ojos es clave en Guedes. Recomendable dedicar un minuto a Simetría, la serie de fotografías que muestra los rostros de distintos seres -el artista, entre ellos- por duplicado pero diferentes, ya que cada imagen es la unión de dos copias de la misma mitad de la cara.

Guedes, que calificó de "extremadamente importante" para él esta exposición, dijo que lo que muestra es "un Brasil universal, con problemas urbanos, de todos".

A la hora de buscar referentes, Casares propone el movimiento argentino madí. Y en los orígenes siempre Duchamp, pionero en la transformación artística de los objetos más cotidianos.

¿Pintor, fotógrafo o qué? "Básicamente pintor", según el comisario. La prueba metafórica es Tambor, vídeo sobre un suicidio en el que la pintura oculta el momento final. Última esperanza.