Marisa Taberner, en carta dirigida a sus clientes y amigos, nos dice que se jubila. ¡Qué mayores nos hemos hecho! La jubilación lleva consigo el cierre del local de Galería Estil. No podía ser de otro modo, porque Marisa ha venido siendo todo para la sala situada, durante tantos años, en el bajo del núm. 23 de la valenciana calle de Isabel la Católica.

Estil forma parte de mi primer paisaje relacionado con el universo artístico, en los comienzos de la segunda mitad del siglo XX. Mis "desmemorias" me conducen, en esa nebulosa de recuerdos de hace más de medio siglo, a Galería Mateu, frente al diario Levante, sobre cuyo solar se levantó el edificio central de la Caja de Ahorros de Valencia; al Círculo de Bellas Artes, en la plaza Mariano Benlliure, ante de la Pelota; a la Sala Braulio, en la calle Ballesteros, etc. No sé si llegué a visitar alguna exposición de Sala Lafuente, en la calle Correos, o de las que se hacían en Muebles Abad, en Pintor Sorolla, esquina a Doctor Romagosa.

Recuerdo perfectamente a los críticos de entonces: Carlos Sentí Esteve, en Levante; Rafael Alfaro, en Jornada; Eduardo López-Chavarri Andújar, en Las Provincias. También recuerdo bien que empecé haciendo entrevistas a artistas en Radio Nacional, cuyos estudios se hallaban en la primera planta del Edificio Walkis, en la avenida del Oeste: enfrente –dicho sea de paso- se hallaba La Granja, donde solía desayunar, servido por un camarero de lujo, el recientemente fallecido Joan Monléon, quien regentaba con su madre el establecimiento.

Volviendo a Estil, hay que decir que quizá el artista más fiel a la galería haya sido Pedro Cámara, pintor singular que también ejerció la crítica en las páginas de este periódico cuando era director su tío, el entrañable Adolfo Cámara. Una exposición de Pedro será la encargada de cerrar definitivamente este local tan cargado de historia.

Por aquí pasaron –y vuelvo a mi "desmemoria"- pintores como Ernesto Furió, Vicente García Ferrando, José Hernández Calatayud, Vicente Castillo, Francisco Catalán y un largo etcétera. Aquí fue presentado mi libro Silvestre de Edeta: oficio de sobriedad, dedicado a nuestro hoy centenario escultor y editado en 1984 por Vicent García Editores.

Lo cierto es que Marisa Taberner tiene pendiente escribir la historia de Galería Estil, una historia que forma parte de la Historia del arte valenciano contemporáneo. Ahora anuncia su cierre, un cierre que no quiere serlo y, por eso, informa de nuevas actividades a través de su página web. La historia continúa.

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