Hay días que conviene darse un homenaje. Algo así debió de pensar ayer la consellera de Cultura, Trinidad Miró, tras presentar un informe -con datos debidamente triturados del último Anuario de Estadísticas Culturales del Gobierno- que refleja la eclosión de la industria cultural valenciana desde 2004. Algo que, dijo, "justifica" la decisión de crear una conselleria propia en 2007, "nos fortalece" y es "una inyección de moral para el sector". "La cultura parece a veces al margen y es un sector productivo y emergente", afirmó.

Un resumen de la lluvia de cifras presentadas indica que de 35.500 empleos culturales en 2004 se ha pasado a 65.700 en 2008, el mayor crecimiento (83%) en España. La cultura supone un 3% del PIB valenciano y un volumen anual de negocio de 2.630 millones, lo que sitúa al sector -cuarto en el ránking español tras Madrid, Cataluña y Andalucía- por encima del de alimentación, vehículos de motor, el energético o el químico. Hay mil empresas culturales más que en 2004 y Valencia es la tercera comunidad en crecimiento del turismo cultural: más de 3 millones de extranjeros en 2008 (gastan 889 euros de media) y 625.000 españoles (dejan 267 euros).

Miró destacó que la C. Valenciana es la que más sube en visitas a museos (crece un 58% desde 2002), asistencia a teatros (23%), danza (145%), ópera (100%) y conciertos de música clásica (30%).

El panorama sirvió a la consellera para reiterar la acusación al Gobierno central de discriminar a Valencia con 1,2 euros por persona para cultura: "Lo justo sería recibir 30 millones más". De la ministra, Ángeles González-Sinde, dijo que la dejó "boquiabierta" cuando le preguntó en junio si la Orquestra de la Comunitat Valenciana (OCV) era propia: "Un ministro debería documentarse".