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¿El teatro es su pareja de toda la vida y el cine y la televisión, amantes de una noche?

Es una definición correcta. Cuando tuve que decidir ser actor, era ser actor de teatro y no de cine, aunque soy un cinéfilo de locura. Para mí, ser actor es estar encima de un escenario, sin que eso desmerezca el trabajo delante de la cámara. Mi prioridad siempre está en el teatro. Cuando hay conflicto y confluyen una oferta teatral y otra de cine, elijo la escena.

¿No hay ninguna excepción?

Sólo una vez dejé una obra para hacer una película: cuando Ventura Pons me ofreció Amic/amat; es la única ocasión que el guión era superior al texto teatral que tenía entre manos. Normalmente es al revés; a veces te llegan guiones que parecen escritos por niños de 14 años. Así que más allá de mi decisión por el teatro, las circunstancias también me han llevado a él en cuanto que busco la calidad.

Le han encasillado en el cine además como "secundario de lujo" y ha hecho muy pocos papeles protagonistas...

Sólo dos y ambos con Ventura Pons. Creo que es en justa correspondencia a mi falta de interés por el cine. No he dado nunca un paso por hacer cine. Lo digo con la boca chiquita porque puede parecer una fanfarronada, pero he dicho que no a películas y personajes que hubieran sido muy importantes. No me arrepiento de nada, no obstante. Hago más cine del que nunca me propuse y menos del que me proponen.

¿Recuerda cuando fue la última vez que estuvo en Valencia con una obra en catalán?

Fue con El rey Lear (2005), donde hicimos una semana en catalán y otra en castellano. Y antes, con una función que no tuvo aquí muy buena acogida, que se llamó Celobert. Le costó al público.

¿No es un sintoma que cueste tanto llegar a Valencia con textos en catalán?

Sí. También es un síntoma que antes venías a Valencia y estabas dos semanas y ahora una como mucho. En los años 70 venir a Valencia era estar más de un mes. Eso ya pasó. ¿Lo del catalán? Supongo que los programadores sabrán la cantera de público que tienen, pero estamos en la eterna polémica, ahora muy actual...

Así es. ¿Cómo ve la obligatoriedad de doblar más películas al catalán?

Es un conflicto que no entiendo. Voy a ver el cine en catalán con actores catalanes y así creo que ha de ser, pero no tengo ningún interés en ver a Clint Eastwood hablando catalán. Veo el cine en versión original y hacia eso debería orientarse al público. Es lógico que Cataluña tenga un porcentaje amplio de cine en catalán pero para eso debería apoyarse más la producción propia.

No le han colgado la etiqueta de "actor de pancarta". ¿Por qué molesta tanto que los actores expresen sus inclinaciones sociales y políticas?

Mire, la crucifixión que están haciendo de gente como Javier y Pilar Bardem me parece de las cosas más deshonestas, indecentes e infames que un cierto tipo de prensa ha hecho. Javier es uno de los más grandes actores del mundo y que él encabece una manifestación debería ser una muestra de orgullo; me mueve a admiración ese compromiso con su país y su sociedad. Lo que pasa es que luego hay intereses políticos y un concepto histórico que prima en cierta derecha reaccionaria burguesa, que es el de "esos cómicosÉ que se levantan tarde", co?mo dijo Rajoy. Es un desconocimiento total de este oficio.

¿Y sobre su caso personal?

Es cierto que no me he destacado por estar en primera línea. Creo que no debe abusarse y usarse en los momentos adecuados. Ahora he estado apoyando a los toros, ha salido mi foto y me han dicho de todo. Estoy totalmente en contra de la abolición de los toros, es una fiesta ancestral y una de las pocas ceremonias heredadas de los fenicios, que debe mantenerse.

"El público es más listo de lo que algunos dicen"

"Los chicos de Historia", escrita por Alan Bennett, estrenada en 2004 y convertida en la obra no musical más premiada en Inglaterra y EE UU, pone en escena "el eterno conflicto entre la educación para el éxito o para la existencia" a través de dos profesores y un grupo de ocho estudiantes. Pou la vio en su estreno y quedó tan conmocionado que la eligió para inaugurar en 2008 el teatro Goya de Barcelona, que dirige desde entonces. "Me gusta este teatro, exponente de que el público no quiere sólo cosas tontas -dice Pou-. Es una función inteligente, que demuestra que el público es más listo de lo que algunos programadores pretenden". Estará en el Teatro Principal hasta el próximo domingo.