­Recesión, amenaza digital, cambios en la estructura de negocio. Los nubarrones sobre el mercado editorial son muchos, pero pese a todo ello continúan surgiendo proyectos nuevos, que buscan convertir los obstáculos en oportunidades. El último de ellos se podría catalogar como el de la teleeditorial por su analogía con el negocio de las pizzas, ya que se trata de empresas que imprimen sólo un ejemplar cuando el cliente/lector lo compra a través de internet. La primera experiencia de los que los anglosajones llaman print-on-demand es Triallibres, que tras empezar en Barcelona ha abierto sede en Valencia y se presenta en sociedad esta tarde (en Ca Revolta).

«Cuando el lector compra uno de nuestros libros este se imprime, se encuaderna y se envía», resume Guillem d´Efak Fullana, presidente y promotor del proyecto junto a Miquel Tuson. El objetivo es «acabar con el cuello de botella que supone la distribución, el talón de Aquiles de las editoriales», explica.

No se trata de una plataforma de autopublicación, precisa, ya que funcionan como una editorial convencional, seleccionando los textos que consideran, sólo que no almacenan ejemplares. «Es más barato imprimir 5.000 libros que uno, pero si miras los que realmente acabas vendiendo es más inteligente hacerlo uno a uno», señala.

Triallibres empezó con un ensayo de un autor consolidado en el mercado catalán (Jesús Tuson, Paraules en la corda fluixa) y cuenta con cinco títulos, entre los que figura el valenciano Josep Lluís Roig con una obra de teatro. En Sant Jordi esperan incorporar la narrativa. Fullana reconoce que generan ciertas reticencias en el sector editorial tradicional, que vive «un cambio de paradigma», aunque quien más sufrirá, predice, serán los distribuidores.