El drama de un joven inmigrante en una cárcel francesa que interpreta Tahar Rahim -doble premio: mejor actor y mejor actor revelación- y que encarna la evolución desde el pobre delincuente que torna en hábil protagonista del crimen organizado, convenció a los académicos.

Audiard explicó que este "profeta" de la cárcel tiene poco de religión: anuncia un nuevo tipo de criminal, aunque el director ha asociado la palabra "angelical" al papel que interpreta un Rahim que pisa fuerte en su primera incursión cinematográfica.

Prologado por un evidente éxito de crítica y público, el profeta" de Audiar proporcionó al director en esta XXV edición de los César un récord personal: un galardón más que los ocho que mereció su anterior filme, De battre mon coeur s'est arrêté, hace ahora cuatro años.

Los 1,2 millones de espectadores que han visto Un profeta en Francia confirma que, en esta ocasión al menos, los académicos coincidieron en sus gustos con los de la taquilla. De momento la película se queda a un paso tan sólo de los diez César que alcanzaron en el pasado Le dernier métro y Cyrano de Bergerac y trepa al particular Olimpo del cine francés.