El escritor y académico valenciano Francisco Brines ha ganado hoy el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, por ser, en opinión del jurado, "un gran poeta metafísico, cuya obra nos enseña a vivir" y está marcada por "el tiempo y la resignación ante el paso del mismo".

El galardón, fallado en el Palacio Real de Madrid y dotado con 42.100 euros, reconoce una aportación literaria relevante al patrimonio cultural común de Iberoamérica y España realizada por un autor vivo a través del conjunto de su obra.

El premio ha sido otorgado a Brines tras un debate "muy reñido", dada la alta calidad de la obra de los candidatos, según revelaron varios miembros del jurado en una rueda de prensa.

Entre los candidatos a la XIX edición del Premio, uno de los más prestigiosos de este género en el ámbito iberoamericano, figuraban el nicaragüense Ernesto Cardenal, la uruguaya Cristina Peri Rossi y el portugués Antonio Ramos Rosa, así como los españoles María Victoria Atencia, Julia Uceda y Carlos Edmundo de Ory.

El poeta Jaime Siles definió al ganador como "un gran poeta metafísico", alguna de cuyas obras, como "El otoño de las rosas" constituye "una de las cimas" de la poesía española.

"En su poesía no hay excesos verbales, sino contención. Nos enseña a vivir, porque es una reflexión continua sobre la vida", ha destacado Siles.

Otro de los miembros del jurado, el escritor Luis Antonio de Villena, ha resaltado "la voz elegíaca de Brines", pero hizo hincapié en que el galardonado "es también un poeta de los sentidos y un poeta de la vida".

Académico de la Lengua desde 2001 y perteneciente a la denominada Generación del 50, Brines (Oliva, Valencia, 1932) ha defendido siempre la poesía "como ejercicio de tolerancia".

Su trayectoria ha merecido también premios como el Adonais, el de la Crítica, el Internacional García Lorca y el Nacional de las Letras de España al conjunto de su obra.

Brines publicó en 1959 su primer libro de poesía, "Las brasas" -con el que obtuvo el Adonis-, al que siguieron títulos como "El santo inocente" (1965), "Aún no" (1971), "Insistencias en Luzbel" (1977), "Musa joven" (1982), "El otoño de las rosas" (1986) y "Catorce poemas" (1987).

Su obra ha sido publicada en diversas antologías, entre las que figuran "Espejo ciego" (1993), "La última costa" (1995), "Selección de poemas" (1997) y "Todos los rostros del pasado" (2007).

El 19 de abril de 2001 fue elegido académico de la Lengua para cubrir la vacante del dramaturgo Antonio Buero Vallejo (sillón "X") e ingresó en la institución el 21 de mayo de 2006, con el discurso "Unidad y cercanía personal en la poesía de Luis Cernuda", uno de los poetas que más han influido en sus versos.