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¿"Boy in Game" es una autodefinición; usted es un niño jugando con el arte?.
Soy un niño que juega, sí. La exposición salió jugando con las palabras, como me sale todo; empecé a trabajar sobre la marca BIC, luego se transformó en BIG y jugué con palabras en inglés que empezaran por "G". Quico Rivas escribió un texto esclarecedor que decía que soy un jugador de raza, que siempre sube la apuesta.
¿Mas "terrible" que "enfant" o es todo fachada?
Todo es fachada; en la superficie está todo. Pero nunca dejaré de ser enfant, creo, porque ahora soy mayor y sigo siéndolo. Y en tanto que enfant, soy terrible.
Su obra da una apariencia artesanal, cuando hoy los museos están llenos de tecnología. ¿Es así o sólo es aspecto?
Mi obra es manufacturada. Hasta hace poco ha sido así siempre. Lo que considerábamos el arte más industrial por su aspecto, sea Warhol o Duchamp, en realidad era artesanal. Yo estoy por que mi obra pase a ser más industrial, pero sin abandonar lo hecho a mano. Son compatibles; depende del momento o el objetivo.
El texto y la imagen se sostienen uno al otro en su obra. ¿Espera encontrarse en un punto medio con poetas como Brossa que han llegado a obra visual?
Nunca me planteé meter texto; surgió de forma natural. Empezó cuando me embarqué en el neopop y lo apliqué después a otro tipo de pintura. Hoy lo hago de manera consciente. Forma parte de mi manera de entender las cosas.
El resultado es casi siempre reflexión con humor, o al revés. ¿Es la clave de su obra?
Sí, supongo. Es también algo que sale espontáneamente. Tengo esa visión de las cosas, que es muy de agradecer, porque te diviertes más.
Ingenio y gracia, muy valencianoÉ
El ingenio no creo que sea un gran valor, aunque en el Siglo de Oro estaba muy considerado. Pero más vale tenerlo que no.
En todo caso, ¿siempre está bien reírse de este mundo?
Es lo mejor. Eso y ya sabe que es lo otro.
Precisamente, en esta serie hay una menor presencia de la mujer. ¿Se hace mayor?
Hay gente que dice que estoy madurando, pero sigo siendo boy in game. En lo que hago ahora hay amor, sexo y mujer, pero en esta serie era el niño y su mundo.
La lista de agradecimientos del catálogo es de lo más ecléctica; Picasso y Eminem, por ejemplo. Eso es como el caviar (por caro) y el paté de lata...
Creo que cualquier persona inteligente ha de ser ecléctica por fuerza. No es que pretenda decir que soy inteligente, que lo soy, pero es que es lógico.
¿Diría que es un epígono gamberro del arte pop?
Epígono, no; soy un discípulo.
Pero gamberroÉ
Sí, yo soy gamberro.
Ejerce también de provocador en la prensaÉ
No ejerzo; me sale así.
¿Es porque cree que la cultura debe sacudir conciencias?
Totalmente; sacudir, remover y centrifugar conciencias. Eso suponiendo que deba servir.
Pero a veces sacude mucho, como al IVAMÉ
Es que hay cosas que alguien ha de dar un toque de atención, porque todo son beneplácitos. No todo es malo, como la muestra de Opie, que seguro que es fantástica, aunque son exposiciones que vienen de otros museos, pero que está muy bien que las muestren.
¿Si mañana le invitan a exponer continuaría la crítica?
Yo expondría si me compraran 25 millones [de pesetas] en obra como hicieron con De Felipe. Sólo con esa condición.
El panorama es de museos descabezados, galerías en decadencia comercial, ferias que se tambaleanÉ ¿Fin de ciclo?
En el arte, no. Se están haciendo cosas definitivas. Es el mercado y el contexto lo que está fallando. Las galerías tienen que cambiar su enfoque; el concepto de botigueta, de esperar que alguien llegue y te compre, no vale. Han de salir a vender. En los museos hay de todo: el Reina Sofía va muy bien; el Macba, también; el MuVIM iba muy bien hasta ahora; el IVAM es un cachondeo y falla porque hay una persona ególatra que no tiene demasiada idea de lo que se pesca. Aquí en Valencia la política son todo pandilletas de amiguetes de uno y otro lado. Ella [Consuelo Císcar] está porque su marido es el poder en el PP.
Una pregunta seria para acabar. ¿BIC naranja o BIC cristal?
El Cristal mola, me quedo con él, porque últimamente estoy pintando mucho cristal.
