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Mes de junio entrado y ninguna de las ayudas referidas al sector del libro ha sido convocada. Lo habitual es que se publiquen entre marzo y abril, pero este año pasan las semanas, las órdenes no aparecen en el Diari Oficial y la inquietud comienza a cundir entre los editores. Las últimas informaciones de la Conselleria de Cultura recibidas por el sector apuntan a que el proceso tardará aún unas semanas en abrirse y que el paquete económico para las subvenciones sufrirá un recorte (en algunos círculos se apunta que podría ser del 30%).

De confirmarse, la reducción con respecto a las cantidades obtenidas en 2009 sería superior al 50%, puesto que los presupuestos de 2010 ya contemplaban una minoración del 35% de los fondos para la edición de libros, tanto en valenciano como en castellano.

La directora general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Silvia Caballer, reconoció ayer a Levante-EMV que, en efecto, trabaja con la perspectiva de un recorte económico para las ayudas, aunque por ahora no se puede concretar.

Todo está a expensas de un informe de la Conselleria de Economía y Hacienda. Hasta que no llegue, el proceso está bloqueado y no se puede dar luz verde a la convocatoria de subvenciones.

No obstante, Caballer, que esta misma semana se reunió con el presidente de la Associació d'Editors del País Valencià (AEPV), asegura que el sector está al corriente de la situación. "El momento de crisis es muy fuerte; todas las administraciones están reduciendo costes. La Generalitat ha garantizado que no recortará en Sanidad, Educación y Bienestar Social, y eso implica que hay que realizar esfuerzos en otras áreas", explica la alto cargo.

Regresión a los años 90

En todo caso, añade, su intención es que el tijeretazo afecte lo menos posible a la producción industrial para no poner en riesgo puestos de trabajo.

Lo cierto es que, por mínima que sea la disminución, las ayudas a la edición van a regresar este año a números de la década de los noventa. Como publicó este diario, los presupuestos de 2010 dejaban los fondos para fomentar las publicaciones en valenciano en 227.500 euros, cifra muy inferior a los 350.000 euros de 2009. Para situarse, en los últimos seis años la dotación nunca había descendido de 300.000 euros. Y aún así, ahora se espera otro recorte.

El panorama es similar en el caso de la edición en castellano. La cantidad incluida en los presupuestos de este año es de 149.500 euros, frente a los 230.000 de 2009.

De manera excepcional, las ayudas a la edición ya sufrieron incidencias el año pasado, que provocaron un retraso en la convocatoria. Entonces, hubo que esperar hasta mayo para que aparecieran las órdenes debido a una "retención cautelar" de fondos aplicada por Economía, lo que motivó que en agosto el Consell tuviera que aprobar una inyección económica para completar la dotación inicialmente prevista.

Pero la producción editorial no es la única que sufre el bloqueo de las convocatorias. La temporada valenciana de ferias del libro prácticamente ha concluido y las ayudas de la Generalitat para la organización de estos certámenes están sin publicar.

Y lo mismo sucede con el crédito para que las bibliotecas públicas compren libros.

Las bibliotecas públicas de la Comunitat Valenciana (más de 400) se han quedado sin 754.243 libros en los últimos cuatro años debido a que la Generalitat nunca ha provisto los créditos indicados por el Ministerio de Cultura dentro del Plan Extraordinario de Dotación de Fondos Bibliográficos para Bibliotecas Públicas, firmado en 2005 con las comunidades autónomas. El proyecto se financia al 50% entre el Gobierno central y los autonómicos. Según la población valenciana, el ministerio dispuso que tanto una parte como la otra aportaran 2,2 millones de euros cada año para este fin. Sin embargo, la conselleria nunca ha consignado una cantidad tan alta desde 2006. Lo más cerca que ha estado fue en 2009, cuando destinó presupuestariamente 1,6 millones, si bien un buen número de ayuntamientos no justificó gastos tan importantes y una parte de esta cantidad quedó inhábil. En 2010, la cifra incluida en los presupuestos para la compra de libros es de 810.000 euros.

Y como el ministerio otorga la misma cantidad que pone la conselleria, las bibliotecas públicas valencianas se han quedado sin 9.578.891 euros desde 2006 -incluye la previsión de 2010-, una cantidad casi idéntica a la que se ha invertido (9.653.287). Son datos recopilados por la Federación de Gremios de Editores de España.

La cifra, traducida en volúmenes, asciende a los mencionados 754.243 libros que se podrían haber adquirido (12,7 euros por documento). Así, la proporción de libros por habitante es de 1,31 en 2010 en la C. Valenciana, frente al 1,64 en España. En 2004, la ratio valenciana (1,20) era casi pareja a la estatal (1,24), a. g.valencia