Doscientos metros cuadrados de un techo de cartón piedra se desplomaron, en la noche del 7 al 8 de junio, en los Museos Vaticanos, sin causar daños personales ni a frescos o pinturas, ya que fue en una sala multifuncional moderna, informó hoy el director de los museos, Antonio Paolucci.

El techo que se desprendió es el de la llamada "Sala Polifunzionale", un espacio cubierto destinado a exposiciones, que se realizó en 2000 en la nueva zona de entrada, cuando se restauraron parte de los Museos Vaticano con motivo del Gran Jubileo.

Dicha sala ha albergado, entre otras, la exposiciones "Laocoonte" (2006) y "Astrum" (2009) y actualmente "Oreficerie" (Orfebrerías) de L'Aquila, sobre platería, orfebrería y platería de esa provincia del centro de Italia, sacudida el pasado año por un terremoto que causó 300 muertos y destruyó iglesias, conventos, palacios y otros edificios.

El techo caído era de cartón piedra y no dañó las joyas expuestas. Paolucci señaló que aunque hubiera caído sobre personas tampoco habría causado daños irreparables.

Paolucci se congratuló que el techo caído fuera ese. Peor hubiera sido -señaló en una nota que publicó hoy el diario vaticano L'Osservatore Romano- que se hubiese desprendido un techo pintado por Daniele de Volterra y con frescos de Federico Zuccari.

"La verdad es que los Museos son muy resistentes. Por los mismos pasan todos los años cuatro millones y medio de personas, nueve millones de pies que se arrastran por sus suelos, nueve millones de manos que tocan o pueden tocar", señaló Paolucci.

El director resaltó que esos materiales antiguos resisten, en comparación con los modernos, de hace diez años y que ya se han desprendido.