"¡Qué suave entra un cuchillo bien afilado en el pecho de un ser humano! Es como si atravesase un pedazo de manteca. ¡Qué fácil es matar a un hombre!" Así comienza Barrio cero, la novela en que Javier Reverte se mete en la piel de una mujer maltratada, víctima de la marginación, que decide vengarse y que ayer presentó en Valencia.

Ganadora del premio Fernando Lara de Novela 2010 Barrio Cero, es la novela más urbana de este narrador y periodista, símbolo de la literatura de viajes ."He querido mostrar la reflexión de un ser humano que vive una vida un poco trágica, como mucha gente, sobre todo en los barrios marginales de grandes ciudades. Un personaje que ha visto maltrato, que padece maltrato, que a su hijo le rodea la droga, que comete un asesinato y que se pregunta hasta qué punto es justo lo que ha hecho y qué grado de culpa tiene la sociedad", explica el escritor.

Una historia que le vino inspirada por un suceso que ocurrió hace unos años y que recorrió los televisores. La historia de una mujer cuya hija había sido violada y quien después roció de gasolina y prendió fuego al violador cuando éste salía de los juzgados. Ella al salir de declarar fue aplaudida por el barrio como una heroína.

"No me ha costado nada meterme en su piel, pero es que yo pienso que todos los seres humanos tenemos los mismos problemas y luego tenemos, claro, algún problema de educación que nos hace instalarnos de otra manera, pero el alma humana es muy parecida."

Reverte traza una trepidante historia, con una estructura compleja de fondo, que él hace ágil y transparente y que le sirve para reflexionar sobre la emigración.

Pero también su pluma destila crítica política y social, como con algunos grupos de feministas que crean excesos o como con el propio periodismo.