Un único museo de los regentados por el Ayuntamiento de Valencia tendrá vigilante -sin ar?ma- las 24 horas del día durante los próximos diez meses. Y ello a pesar de que el consistorio vio como el pasado 9 de abril los cacos le birlaban una pequeña tabla de Joaquín Sorolla (El santero en la cofradía) de uno de sus recintos. El paradero de la pieza continúa siendo un enigma más de dos meses después, pero el lugar del robo -la Casa-Museo Benlliure- no verá reforzadas sus medidas de seguridad, según el contenido del pliego de condiciones técnicas del nuevo contrato para el servicio de vigilancia en museos y monumentos dependientes de la delegación de Cultura. Éste tiene un presupuesto base de 596.757 euros para un plazo de diez meses, prorrogables por otros diez.

La Casa de José Benlliure continuará con un único guardia -siempre no armado- durante el horario de apertura del inmueble, quedando por la noche sin personal de seguridad. Este vigilante privado se dedica a controlar las cámaras del recinto, mientras que dos ordenanzas municipales atienden al público y controlan las distintas salas. El dispositivo se demostró poco seguro en abril, cuando desapareció el citado Sorolla sin que el personal lo advirtiera hasta varios días después. Pese a las primeras declaraciones del concejal Vicente Igual sobre las elevadas posibilidades de detección del autor del delito y de que el caso ha sido notificado a la Interpol hace semanas, el cuadro continúa en paradero desconocido.

El recinto museístico con una mayor vigilancia privada en amplitud de horas será la Casa de Blasco Ibáñez, en la Malva-rosa, con un guardia durante las 24 horas. Es el único que alcanza este tratamiento. Sin embargo, un complejo de mayor tamaño, como el Museo de la Ciudad, continuará sólo con personal de seguridad durante el tiempo de apertura.

Una circunstancia que sobresale en el nuevo contrato es que no están incluidos ni la Lonja ni las Atarazanas, que sí que estaban en el acuerdo vigente hasta ahora. Ninguno de estos dos espacios guarda colección propia y sólo acogen exposiciones temporales. En cambio, las torres de Serranos y de Quart, que sí que muestran piezas de manera permanente, tampoco figuran en el pliego.

Los cerca de 600.000 euros consignados para un período de diez meses contrastan con la cifra que el edil Vicente Igual afirmó que el ayuntamiento ha invertido en vigilancia del patrimonio cultural: 1.041.458 euros.