La Academia de Bellas Artes de San Carlos, a punto de cumplir sus 250 años de existencia, mantiene no sólo activo su pulso diario sino sobre todo su puesta al día. Después de los nombramientos de Carmen Calvo y Paco Bascuñán -fallecido antes de poder tomar posesión de su cargo- ayer eran designados nuevos académicos la escultora y catedrática de proyectos, Amparo Carbonell, el compositor César Cano, el pianista Bartomeu Jaume así como el pintor y grafista Rafael Ramírez Blanco y la pintora y ex catedrática, Aurora Valero.

Con ellos la entidad que preside Román de la Calle amplía a 31 miembros su composición y cubre también sus vacantes. Los cinco fueron votados en la última junta del curso y salieron de un grupo de veinte aspirantes.

Carbonell sustituye a Miguel Ángel Catalá, que pasa a supernumerario a petición propia; Ramírez Blanco a Bascuñán; Cano y Bartomeu Jaume a Luís Blanes y al pianista Mario Monreal, respectivamente, mientras que Aurora Valero al fallecido Salvador Soria.

Ayer los cinco manifestaban su sorpresa por la designación y confesaban que hacía apenas unos días habían sido informados de sus candidaturas.

"Este un buen momento para trabajar", manifestaba Amparo Carbonell quien valoraba el relevo generacional propuesto en la institución.

Mientras Ramírez Blanco confesaba que su meta actual era poder dedicarse de lleno a la pintura después de años como diseñador profesional y admitía que había sido el propio Román de la Calle quien le había pedido su colaboración, Aurora Valero destacaba su proximidad a la Academia ya que hasta ahora había sido correspondiente de Alboraia.

El pianista Bartomeu Jaume recordaba las muchas tardes que ha podido actuar en la Academia y el honor que suponía acceder, y Cano subrayaba que es bueno que una institución como San Carlos abra la puerta a la música contemporánea.