Lo que era un secreto a voces ya es una realidad. Y es la Generalitat Valenciana ha encargado al Patronato del Palau de les Arts un severo plan de ajuste económico para poder mantener el mastodóntico edificio diseñado por Santiago Calatrava y cuyo coste de construcción ha superado los 400 millones de euros. El camino sólo es uno: reducir gastos a la carrera en un edificio que será emblema y foto fija de la época de supuesta bonanza económica y arquitectura del espectáculo, pero también un agujero negro de hacer desaparecer euros.

La propia consellera de Cultura, Trini Miró, en declaraciones a Europa Press admitía ayer que no se han barajado cuestiones de personal, como así temen los sindicatos, y que de lo que se trata es estudiar para ver "dónde se puede ir reduciendo gastos".

Aunque los presupuestos no están cerrados, sí ha trascendido como reconocía a Levante-EMV hace unos días la propia Intendente del coliseo, Helga Schmidt, que del presupuesto de 2010 Cultura ya había eliminado seis millones sobre los previstos inicialmente, mientras que otras fuentes aseguran que el recorte de 2011 serán de otros seis por lo que la aportación real de la Generalitat a Les Arts quedaría en torno a los 18 millones de euros, una cifra lejana a los 50 millones que el edificio necesita para un funcionamiento ordinario con sus tres salas en marcha.

Sólo a personal, el Palau de les Arts asigna 15 millones de euros anuales. En esa cantidad está incluida tanto la parcela artística como orgánica, pero no así el Cor, por ejemplo, cuyo coste corre a cargo del Instituto Valenciano de la Música (IVM). La recaudación por taquilla cubre siete millones de euros y alquilar los diferentes espacios tampoco funciona ni solventa el problema. No existe un plan de marketing, ni de proyecto complementarios. Economía tampoco da su brazo a torcer en cuanto a las pretensiones de poner en alquiler los espacios colindantes al edificio y muchos vacíos.

De momento, de los 11 títulos programados para la temporada 2006/07, la primera del Palau de les Arts, se ha pasado a seis para la próxima temporada, mientras se ha visto como descendía la entrada de capital externo debido a la reducción del patrocinio. Miró también ha abogado por un cambio en la Ley de Mecenazgo para poder incentivar la desgravación al patrocinio privado, aunque la norma es estatal y su modificación dependería del Gobierno central. Sin embargo, tampoco la Generalitat ha pensando en la existencia de otras múltiples posibilidades de ingresos económicos para el Palau de les Arts, un edificio que se les ha ido totalmente de las manos y sólo creen que el Gobierno puede salvar.