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"Es un homenaje a la música brasileña con una filosofía cooperativista". Así define el compositor y productor Nacho Mañó Canto rodado, su último trabajo discográfico, en el que aúna un homenaje desde el Mediterráneo a la música brasileña -a Chico Buarque, en especial- con la didáctica documental sobre la gestación y desarrollo de un disco.

El proyecto, gestado en colaboración con su esposa, la vocalista argentina Gisela Renes, se inició el verano pasado. "Nos gusta cantar canciones brasileñas a los amigos en la playa y decidimos hacerlo realidad", afirma el componente de Presuntos Implicados, con el que prepara un nuevo disco (el segundo con Lydia).

Mañó y Renes decidieron comenzar su particular homenaje a la música brasileña del siglo XX con uno de sus principales actores, Chico Buarque, que dará paso posteriormente a otras "revisiones" cariocas en clave de jazz mediterráneo, como Antonio Carlos Jobim o Vinicius de Moraes.

Para Mañó, Buarque es una "gran figura por descubrir en España", que tradicionalmente ha estado más volcado con otros compatriotas suyos como Caetano Veloso. "Es un artista con una gran dimensión artística. Es novelista, ha hecho teatro y ha compuesto canciones como Qué será que popularizó Ana Belén. Tiene una lírica muy personal con letras ricas y profundas". "Sería como nuestro Serrat o Sabina", apunta.

Asimismo, subraya la "filosofía cooperativista" de un proyecto del que forma parte un equipo de profesionales del mundo del cine y de la música donde todos aportan sus conocimientos.

Canto rodado se ha plasmado este mes en dos conciertos en el Café Mercedes de Valencia, que ha acogido sendas grabaciones audiovisuales en homenaje a la bossa nova, la samba y el tropicalismo que se plasmarán en los próximos meses en un cd y un documental. La pareja ha grabado catorce temas, entre los que sobresalen Futuros amantes, Qué será, Otra noche, o Choro bandido con músicos como Mario Rossi, Crá Rossa y José Carlos Gómez.