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La práctica totalidad de las ediciones del Llibre dels fets de Jaume I realizadas en el siglo XX han tomado como base el bello manuscrito, poblado de miniaturas, conservado en el monasterio de Poblet. Sin embargo, este no sería el documento que más se acerca al texto del rey conquistador, según el estudio del catedrático de la Universitat de València Antoni Ferrando, que avanzó el pasado miércoles en una comunicación en el Congreso Internacional de Filología Románica que se celebra en Valencia.

El manuscrito "oficial" de la Crònica de Jaume I, de acuerdo con esta investigación, sería el del Archivo Real de Pere el Ceremoniós (1319-1387), más pobre en aspecto pero más ajustado al texto original. Este documento ha permanecido inédito hasta ahora, ya que los editores catalanes han considerado preferente hasta ahora el de Poblet. Tan solo Manuel de Montoliu se embarcó en los años treinta del siglo pasado en la publicación del del Archivo Real, pero sólo vio la luz una parte, ya que la Guerra Civil interrumpió el proyecto.

La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) -de la que Ferrando forma parte- paliará ahora esta carencia, ya que en unas semanas está previsto que esté en la calle una edición crítica del manuscrito del Cerimoniós, un proyecto que la institución aprobó con motivo de la celebración en 2008 de los 800 años del nacimiento de Jaume I.

El profesor valenciano aportará en la citada edición los detalles de la investigación, pero las claves de la misma las ha adelantado ya en el Congreso de Filología Románica.

Uno de los ejes de la misma es la comparación con las Gestas del rey don Jaime de Aragón (la versión aragonesa del Llibre dels fets realizada por Juan Fernández de Heredia). Las variantes textuales de esta obra coinciden con las del manuscrito del Cerimoniós, según el estudio en cuestión.

Asimismo, el título -el del Poblet no tiene-, las palabras iniciales y el número de capítulos -484, frente a los 566 del del monasterio- corresponden exactamente a lo indicado en un documento de la Cancillería Real sobre la Crònica que el catedrático valenciano ha exhumado.

El manuscrito del conocido como rei del punyalet está repleto de correcciones, que algunos expertos han atribuido a la mano del copista (el aragonés Juan de Barbastro). Sin embrago, Ferrando se decanta por la tesis de que probablemente son del propio monarca.

El códice, realizado en Barcelona por orden del rey, pasó a manos de unos nobles mallorquines, hasta que la ruina económica llevó a sus descendientes a venderlo a principios del siglo XX a un bibliófilo catalán, que lo legó posteriormente a la Biblioteca de Cataluña, cerrando así un círculo de siglos de duración.

La posición del académico abre una vía de polémica segura con los estudiosos catalanes, que hasta ahora se han decantado por el de Poblet como manuscrito oficial del Llibre dels fets.

El congreso también ha servido para que los profesores Emili Casanova y Ramon Ferrer presentaran un estudio sobre las interferencias de las lenguas románicas de los colonizadores en el Llibre del repartiment.

El moldavo, un caso parejo al valenciano

Una de las comunicaciones presentadas en el Congreso Internacional de Filología Románica que se celebra en Valencia se ha ocupado del problema de denominación del moldavo, lengua románica oficial de Moldavia, que se escribe y se considera como rumano, pero que, por razones políticas, utiliza de manera oficial el nombre de moldavo como elemento de integración de una comunidad plurilingüística donde también tienen mucho peso el ruso y el ucraniano. Es obvio que el caso tiene muchas concomitancias con el del valenciano y la discusión sobre el nombre y la unidad de la lengua.