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­El jurado del Premio Nacional de Narrativa ha valorado que «Anatomía de un instante» es un libro valiente, en la forma y el contenido, ¿qué le parece?

¿Sí? No he leído lo que dice. Lo agradezco mucho. De todas formas, el coraje en un escritor es como en un torero: se le supone. Un escritor cobarde no es un escritor. Como persona puedes ser cobarde, yo tengo muchos miedos, pero como escritor, no.

¿Qué cree que deben retener los jóvenes sobre la Transición? Porque hay clichés que se repiten y parecen gastados...

Teniendo en cuenta los 300 años anteriores, aquello salió razonablemente bien. Era muy difícil, la política es algo de grises, no de blancos o negros. ¿No se hizo justicia? No. Pero la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias. De la Transición hay una visión rosa y una visión negra, y las dos son falsas. Ni todo fue perfecto, tipo la versión del Rey y Suárez, ni todo fue una bajada de pantalones. Los jóvenes deben darse cuenta de que la realidad no es ni una ni otra.

¿La justicia puede extralimitarse?

La justicia absoluta puede ser la peor de las injusticias. Lo hemos visto en Polonia, con la caza de brujas de los hermanos Kaczynski contra los antiguos comunistas. Hay que buscar equilibrios difíciles, la realidad no funciona con verdades nítidas.

Parece que arrastramos estas dos Españas seculares ... ¿Tiene solución el cainismo?

Lo de las dos Españas es un cliché.Se acabaron en el momento del 23-F. Esto es lo que sostiene mi libro. Las dos Españas surgieron a finales del siglo XIX para entender la realidad desde un instrumento válido. Pero ahora no sirve. Cuando la gente dice que se vuelve al 36, no tienen ni puta idea del clima del 36. Esto es una excusa para no ver la realidad: si analizamos la realidad con categorías del pasado, no entendemos la realidad. Ahora tenemos problemas muy serios, pero que haya derechas e izquierdas, ¡eso existe en todos los países! Las dos Españas son una excusa para no pensar.

¿La concesión del Premio Nobel a Vargas Llosa es un impulso para las letras hispánicas?

Es un premio para Vargas Llosa! (ríe) No creo que el Nobel premie la lengua. Vargas Llosa es un gran escritor, se merecía el premio desde hace muchos años. Pero eso del éxito del español es una tontería como una casa. ¿El español necesitaba un Nobel? No lo sé. Y si le dan un premio a un autor que escribe en catalán, ¿es un premio al catalán? No tengo ni idea. Es un premio y ya está.

Como autor que escribe en castellano en Cataluña. Algunos acusan a Vargas Llosa de atacar al catalán. ¿Qué opina?

Vargas Llosa no está contra el catalán, está contra el nacionalismo: contra todos los nacionalismos. Ve el nacionalismo, cualquier nacionalismo, como una ideología perversa. Incluido el nacionalismo español.

¿Debe separarse el tema de la lengua de la política?

Totalmente. El nacionalismo dice que la lengua es suya, y no es verdad. El español no es de los nacionalistas españoles, ni el catalán de los nacionalistas catalanes. El español es de los que hablan castellano. Y el catalán igual. Es tan mío como de Artur Mas, o de Puigcercós.

¿Qué le ha aportado y qué borraría de la fama literaria?

No puedes separar lo bueno de lo malo. Ahora leía que Neruda le dijo a Vargas Llosa: «Por cada elogio, recibirás dos ataques». Yo antes no tenía detractores y nadie me conocía. No es justo quejarse.