Los Hermanos Álvarez, octava generación de una familia de gran tradición circense en España, obtuvieron ayer el Premio Nacional de Circo 2010 "por su apertura a las nuevas formas de expresión circense", un reconocimiento que les anima a luchar porque el mayor espectáculo del mundo sea "un arte". El jurado del premio, dotado con 30.000 euros, ha apreciado la alta calidad del número de equilibristas que Miguel y Antonio Álvarez crearon en 1985, una técnica de doble cuerda elástica única en el mundo.

"Es un orgullo para toda la familia porque todos estamos vinculados al circo", explicó Antonio Álvarez, tataranieto del Gran Arsenio Blondín, es decir, Federico Álvarez, primer hombre que cruzó las cataratas del Niágara sobre un cable. A Álvarez le gustaría que el premio contribuyera a cambiar la imagen del circo.