La XXXI Mostra de Valencia ha movilizado en sus diversas actividades a 46.000 personas, un 68% más que en la edición de 2009, a la que asistieron 27.500. También ha incrementado el número de espectadores a las salas, que ha pasado de 9.291 a 14.588, una subida del 57%. La Mostreta recibió la visita de 16.431 escolares.

Así lo destacó ayer el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Grau, que compareció acompañado por el director del festival, Salomón Castiel. El edil dijo que las cifras prueban que se está "en el buen camino teniendo en cuenta que el festival ha experimentado un golpe de timón importante y que necesitará de dos o tres ediciones más para irse consolidando".

La Mostra de 2010 ha superado también la recaudación, que se ha fijado en 33.870 euros frente a los 10.401 de 2009.

Castiel destacó que el 80% de películas proyectadas en los principales ciclos eran inéditas en España, lo que muestra que "no se ha optado por el camino fácil", y que el filme inaugural, Stone, ha sido el más taquillero en España tras su estreno en el certamen. Respecto a las secciones de mayor aceptación, la proporción ha sido "de tres a uno" a favor de la sección oficial de acción con respecto a panorama mediterráneo. Castiel aseguró que el hotel en que se aloja lo paga de su bolsillo.

Sobre las críticas de Pepe Sancho, que dijo que el certamen no está a la altura del audiovisual valenciano, Grau dijo que le encanta, porque "es la prueba de que esto existe, está ahí, inquieta, mueve, está viva, cosa que lamentablemente antes no pasaba".

Por otra parte, el concejal del PSPV Juan Soto afirmó que la Mostra debe "suprimirse" tras su cambio de rumbo desde la cinematografía del Mediterráneo hacia la de acción porque "no tiene sentido gastarse cerca de dos millones de euros en una plataforma de exhibición de productos que no tienen relación con la posición de Valencia" y que, además, "apuesta por lo fácil".