Ya no son sólo los hijos del rock and roll sino también, los nietos. Así se arrancaba Miguel Ríos anoche en el pabellón de la Fuente de San Luis de Valencia, ante un auditorio casi lleno, en la gira que pone un punto y coma a una trayectoria de más de 40 años en los escenarios. Parece que no ha pasado el tiempo porque Miguel Ríos continúa manteniendo la misma energía que hace años, la que lo ha mantenido en la cresta de la ola como a él le gusta decir. Vestido como siempre, con cuero negro y de oscuro, apareció sin decir palabra, pero añadiendo un bienvenidos al rock and roll en valenciano: "benvinguts al rock and roll".

Al publico, fiel, lo tenía entregado. De hecho, su despedida es como un reencuentro generacional, repleto de una mirada a su propia historia y a los que la acompañaban anoche en Valencia en esta gira con la que se despide de su público.

Por eso, su repertorio esta recargado de éxitos y por eso también se acompañaba en esta ocasión de un sexteto de músicos jóvenes a los que parece darles su relevo.

No es una mirada nostálgica porque Miguel Ríos aún mantiene mucha más energía de la que algunos conservan.

Carlos Goñi y Luis Prado, como representantes del rock valenciano, lo acompañaban anoche, cuando rememoraba toda una vida dedicada al rock and roll.

Miguel Ríos, con un escenario diseñado con pantalla de leds, demostraba que la edad no es excusa para dejar una vocación, que se convierte en forma de vida. Cuando el rock and roll es como él ha demostrado una forma de vivir.