Paco Olivares

valencia

Suelo decir a menudo que este país adolece de ensayos que ahonden e investiguen los propios sillares de la historieta tanto en lo que se viene refiriendo a industria, autores, publicaciones o periodos históricos del medio gráfico. La mayoría de los libros editados en este término son, casi siempre, reiteraciones sobre un mismo tema, como es el caso de la Editorial Bruguera, o el enésimo repaso al mismo autor desde vertientes diversas; aquí podría entrar Ibáñez y Mortadelo sin pensármelo mucho.

Bueno, pues ahora, Ediciones Glenat, tal vez la única de calado que reincide, periódicamente, con algún estudio de interés, ha puesto en estantería Chicas de cómic, un ligero repaso a los personajes y publicaciones de preclara orientación femenina desde los años cuarenta del pasado siglo hasta el presente, sin desdeñar, por supuesto, el manga. La obra está realizada por Guillem Medina y se nota que sabe de lo que habla, porque a él, como a tantos otros elementos de género masculino, entre los que me hallo, les gustaba disfrutar con aquellas historias de fondo romántico pero hábilmente disfrazadas de aventura, intriga, humor o crítica social. El libro se complementa en su trayectoria con diversas semblanzas biográficas de un interesante elenco de dibujantes, los más representativos de este género, que van desde Carme Barbará o Trini Tinturé hasta Vicente Roso o Ferrándiz, sin olvidar a la imbatible Purita Campos, la autora del personaje Esther. Un ensayo que revalida el interés por el cómic femenino de todos los tiempos y aporta un buen número de datos, especialmente en la autoría de los cómics británicos, hasta la fecha desconocidos.

Los de Glenat también nos ofrecen dos títulos provenientes del mercado americano, concretamente del sello Avatar. Por un lado, Crossed, que, traducido como "cruzado", no va de guerras santas sino de tema apocalíptico, en el que, por causas desconocidas, la mayor parte de la población planetaria se infecta y se convierten en seres depravados que solo saben matar, descuartizar o comerse al personal mientras se ríen a mandíbula batiente. Ahí tenemos al grupo de humanos sanos que intentan protegerse y escapar de aquella locura en busca de pastos más tranquilos. La historia es original del irlandés Garth Ennis, conocido por su trabajo en Predicador o en Hellblaizer, y parece un trasunto de Los muertos vivientes de Robert Kirkman, pero sin zombis y con menos gracia. La parte gráfica recae en la figura de Jacen Burrows, que es un autor correcto pero efectivo, quien demuestra lo bien que sabe dibujar vísceras humanas recién reventadas. Truculenta y muy gore aventura para disfrutar con las tripas en la boca.

La otra de Glenat se titula Wolfskin y está guionizada por Warren Ellis, un churrero del cómic, porque mira que se curra miniseries el tío sin mayor gracia, aunque reconozco que sus series Planetary o Transmetropolitan son lo mejor del cómic contemporáneo. La cosa va de bárbaros, concretamente el piel de lobo del título que es un pedazo de guerrero que se ve envuelto en un asunto de peleas familiares a golpe de espada y descuartizamientos varios. Lo mejor, el arte de nuestro compatriota Juan José RyP, que hace tres de los cuatro episodios del libro dejando ese para el italiano Gianluca Pagliarani. Mención aparte para las soberbias ilustraciones pintadas de Felipe Massafera, que son de lujo.

La diversión la pone, siempre, el alemán Ralf König, a quién La Cúpula le edita Pastitas de hojaldre, una recopilación de historias cortas del tipo cajón de sastre que, como es de ley, tienen trasfondo gay porque es el subgénero que ha hecho ampliamente conocido al autor. Humor irónico, cínico, escatológico y muy, muy divertido, como es norma del alemán al que no le gusta dejar tema sin tocar con su fino e inteligente humor. Poco más puedo decir de esta recomendable obra porque de König se ha publicado toda su obra en España, siempre con La Cúpula, y es de sobra conocido.

Y La Cúpula, también, edita lo último del americano Jeffrey Brown, Los gatos son raros y más observaciones, quien reincide en el tema gatuno tras Gato saliendo de una bolsa. Autor de temática costumbrista y biográfica, aborda, una vez más, el mundo de la vida gatuna desde la sencillez, tanto de su estilo gráfico como de la propia existencia de los felinos que tan bien retrata. Obra netamente casi sin diálogos que encantará a todo aquel que conviva con algún gato o disfrute con las chifladuras cotidianas de estos animales tan independientes, que, como detallan en la nota de prensa de la editorial, "incluyen siestas, un zapato lamido, un enfrentamiento con la aspiradora, ataques a las partículas de polvo, escondites en los armarios, saltos sobre las hojas caídas de los árboles, un jardín patrullado y ronroneos bajo la lluvia. Todos se nos presentan adorablemente a través del estilo inmediato e irresistible de Jeffrey Brown".