A los de Vetusta Morla nos les va producir discos en cadena como embutidos manufacturados a toda prisa. Por eso se han tomado con paciencia la salida al mercado de su segundo y esperado álbum, "Mapas", una cartografía de los caminos por los que discurre su vida hoy por hoy.

"'Un día en el mundo' era una fotografía de la banda en ese momento, en el que no se sabía lo que iba a ocurrir. "Mapas" es un reflejo de lo que nos está pasando", han contado hoy en una entrevista con Efe los miembros de esta banda madrileña.

"Un día en el mundo" (2008), su primer disco, acumuló distinciones (tres Premios de la Música, entre otros) y año y medio de conciertos. Conscientes de que las expectativas están muy altas en su regreso, aseguran que "no ha habido una presión mayor por tener que estar a la altura de nada".

El guitarrista Guillermo Galván afirma que, mientras que con su anterior álbum tenían la presión de compatibilizar los ensayos y la grabación con sus trabajos y decidir si dedicarse "a una cosa o a otra", la elaboración de "Mapas" la han vivido como "un privilegio".

"Ahora forma parte de la opinión pública y es susceptible de ser alabado u odiado. Nosotros estamos en paz", añade.

"Todo lo que tiene un momento importante en los medios de comunicación genera una alegría que también trae una resaca, un odio. Si a eso le sumas que vivimos en España y somos muy dados al cainismo... Son daños colaterales, pero no vivimos pensando en ello", dice Galván.

El propio Galván ha escrito "En el río", el single de adelanto, que aborda esta cuestión. "El tema tiene que ver con el abandono. Habla de dejar algo expuesto en manos de otros", explica su autor en alusión al disco mismo.

Lleno de referencias mitológicas y bíblicas, con la composición del disco reconvertida en un telar que se teje y desteje, la idea del río, de las pruebas y de los "cantos de sirenas", la canción invita a pensar que "Mapas" ha sido la particular "Odisea" de Vetusta Morla, que ha necesitado tres años para dar volver a grabar.

"La gira estaba funcionando muy bien y podíamos dar a conocer nuestras canciones en México y Argentina. Luego decidimos que había que parar y descansar. La gira podría haber durado cinco años", argumenta el guitarrista sobre el tiempo transcurrido desde "Un día en el mundo".

"Tú puedes alimentar a las vacas con piensos artificiales y crear un producto que se digiera mal. Si alimentas a una res con pastos naturales, el producto tarda más, pero luego la vaca tiene más proteínas, vitaminas y minerales", aporta Pucho, cantante del grupo.

"Por eso también hemos defendido seguir con nuestra discográfica y no fichar por una multinacional", apuntan.

Pese al éxito, Vetusta Morla ha decidido volver a autoeditarse y permanecer en su pequeño sello discográfico, siendo sus seis miembros, amigos de la infancia de Tres Cantos (Madrid), los que toman las decisiones.

"El hecho de ser amigos facilita el que, después de tantos años, sigamos juntos. Facilita el crear las canciones y, en la parte discográfica, el coordinarnos para hacer piña con un objetivo común", cuenta el batería David García "El Indio".

El cuidado que ponen en las cosas y los réditos obtenidos les han permitido grabar este disco en los estudios Gárate de Andoain (Guipúzcoa), en un paraje "rodeado de montañas", combinando el proceso tradicional analógico con las modernas técnicas digitales en los estudios Sonobox de Madrid.

"Hemos querido que la grabación la hiciésemos todos juntos a la vez -las dos guitarras, el bajo y la batería- para captar la viveza del directo y para conseguir lo que no te da el sistema digital, la redondez y calidez del sonido", dice García.

Tras su paso por el Festival SOS 4.8 de Murcia el pasado fin de semana, abordan ya su nueva gira, que desde mañana mismo se recreará con cuatro citas en Barcelona y casi todo vendido (10 de mayo, sala Bikini, y los días 12, 13 y 14, en la sala Razzmatazz).