Alfons Garcia

valencia

El rey Pere el Cerimoniós envió en 1380 a las ciudades de Barcelona, Valencia y Mallorca tres copias oficiales del Llibre dels feits de Jaume I, la biografía del rey conquistador contada por él mismo y escrita por uno de sus ayudantes. Del manuscrito de Valencia no queda ni rastro -el más antiguo en la ciudad es del siglo XVI-, del de Barcelona sólo se conserva una hoja y el de Mallorca acabó en manos privadas hasta que a mediados del siglo XX fue donado a la Biblioteca de Cataluña. Ese hecho ha propiciado que este último manuscrito haya quedado en el olvido hasta ahora y se haya tomado como referente de la Crónica jaumina otro texto, depositado en el monasterio de Poblet, que es más antiguo (1343) que el que el Cerimoniós regaló a las capitales, pero tiene más capítulos que el resto de copias medievales y cuyo escribano alteró algunos términos usados por Jaume I para acercarlos a su entorno.

La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) recupera ahora por primera vez el manuscrito de Pere el Cerimoniós, que había permanecido inédito hasta el momento, y lo presenta en un cuidado -y caro (170 euros)- estuche que incluye una reproducción facsímil y un segundo volumen con la transcripción del texto, los estudios de los profesores de la Universitat de València Antoni Ferrando y Vicent J. Escartí (responsables de la edición) y un jugoso prólogo del historiador y académico Pere Maria Orts.

El proyecto surgió con motivo de la celebración en 2008 de los 800 años del nacimiento de Jaume I y ha supuesto dos años de dedicación de los autores. La obra figura en el catálogo de publicaciones que la AVL llevó a la última Fira del Llibre, aunque no ha sido presentada formalmente.

Carácter de copia "oficial"

El interés de esta copia encargada por Pere el Cerimoniós -conocida entre los paleógrafos como manuscrito C (el A y B, más antiguos, han desaparecido)- radica en que tomó como base el texto oficial que estaba en el Palacio Real de la Corona de Aragón (hoy perdido también) y en que estas reproducciones regaladas a las tres ciudades tenían el mismo carácter "oficial". Así lo dice el propio colofón del manuscrito, que tiene el mismo número de capítulos que todas las copias medievales (484), excepto la de Poblet (571), y asimismo es "más fiel" a la lengua de Jaume I al conservar usos lingüísticos propios de las zonas de Monzón y Lleida, donde se educó el Conquistador. Aparecen términos así como recomptar, arc de Sant Joan, oroneta o mamprés, que la mano del copista de Poblet alteró por retraure, arc de Sant Martí, oreneta o emprés.

Por todo ello, Ferrando considera en su estudio que existen pruebas suficientes de que este manuscrito C es el que Pere el Cerimoniós tenía por "oficial" del Llibre dels feits y no el de Poblet (el H, para los expertos), como sostienen la mayor parte de estudiosos catalanes. Y así respalda la tesis de Germà Colón de que este debería ser el utilizado para las ediciones críticas.

El manuscrito de 1380 incluye asimismo unas notas al margen y algunas apostillas autógrafas que algunos historiadores han considerado obra del propio Pere el Cerimoniós. La edición actual de la AVL no llega tan lejos, pero sí que recuerda que este monarca culto solía controlar las copias de sus escribanos y las corregía y cotejaba con los originales.

¿Por qué este documento ha permanecido sin editar hasta ahora? Porque llegó tarde, sería la respuesta más corta. Esto es, el de Poblet pasó a manos públicas (la Biblioteca Universitaria de Barcelona) en 1835, a raíz de la expropiación estatal del monasterio, y fue el que se tuvo más cerca cuando a finales del siglo XIX y principios del siglo XX prosperó el renacimiento del nacionalismo catalán y, con él, la reedición de los textos fundamentales de la historia de la Corona de Aragón.

La peripecia del manuscrito

Sin embargo, el manuscrito de la ciudad de Mallorca acabó en manos de un canónigo, Guillem Terrassa, quien lo regaló en 1778 a los condes de Aiamans, que lo conservaron hasta que el último, Marià Gual (1862-1933), malgastador compulsivo, tuvo que vender todos sus bienes de Mallorca. La mayoría los compró el banquero Juan March, pero la copia del Llibre dels feits la adquirió un bibliófilo catalán, Isidre Bonsoms, cuya viuda donó este documento en 1948 a la Biblioteca de Cataluña. Por entonces, las ediciones a partir del texto de Poblet ya se habían extendido.

El manuscrito C tiene especial valor para Valencia, ya que es el más cercano al que se conservaba en la ciudad como copia oficial -fue el que sirvió de base a la primera edición de 1557- hasta que los jurats lo regalaron a Felipe II.

La Conselleria de Cultura, dentro del Any Jaume I (2008), intentó rescatar este documento considerando que podría ser el que se conserva en el Palacio Real de Madrid, pero los estudios paleográficos realizados indicaron que la hipótesis iba errada.

Palabras de alerta

de Pere Maria Orts

Pere Maria Orts termina el prólogo de la edición con unas frases que combinan la advertencia y el fatalismo. "Leemos el ýLlibre dels feitsý del rey en Jaume en la lengua en que él nos lo contó -dice el erudito en valenciano-, porque si llega el día en que no se leerá en su lengua, o se leerá solo en traducciones a otras lenguas, ese día caerán las tinieblas sobre la tierra valenciana, y las águilas que de tan alto como vuelan no sabemos si cantan, pondrán crespones negros en las altas torres de sus antiguos dominios de la Corona de Aragón, las piedras de Santa Maria de Poblet se desharán en lágrimas y una agria voz tronará diciendo: ýConsummatum estý". Orts defiende el "realismo" del rey al optar por la expansión hacia Valencia y Mallorca y no hacia Francia. Vicent J. Escartí, colaborador de Levante-EMV, destaca en su estudio la pervivencia de la figura de Jaume I y de su crónica en tierras valencianas, incluso tras la derrota de Almansa.