Alfons Garcia

Valencia

Agustí Centelles (Valencia 1909 - Barcelona 1985) fue el único fotoperiodista que a las pocas horas de empezar la Guerra Civil española (el 18 de julio de 1936, del que ahora se cumplen 75 años) salió a las calles de Barcelona con su Leica. Eran las cinco de la mañana del día 19, en el Hospital Clínico había captado la llegada de heridos y allí obtuvo la información para ir hasta el lugar del combate: el cruce de las calles Diputació y Roger de Llúria. Cuando llegó (un kilómetro en línea recta), guardias fieles al Gobierno de la II República y milicianos habían detenido el avance de las tropas sublevadas en los cuarteles tras dos horas de lucha.

Había caballos muertos en la calzada, combatientes heridos entre ambulancias y Centelles pidió a un grupo de guardias de asalto que se pusieran en situación de combate tras la barricada formada por los cadáveres de los animales. Fue una de las pocas ocasiones en toda la guerra que "preparó" una fotografía, cuenta su hijo Octavi, y aquella imagen daría la vuelta al mundo. Unos días después era portada en Newsweek y en decenas de diarios y revistas de Europa y América. "No era fuego real, pero era un hecho real, en tiempo real y en lugar real", explica Octavi a Levante-EMV.

La imagen vuelve a ser actualidad porque los hijos de Centelles (Octavi y Sergi) lograron identificar hace tres años a los protagonistas de aquella fotografía: los hermanos Vitini Flórez, Mariano y José, una familia republicana que sufrió la cruda represión de la postguerra. Los Centelles reúnen mañana a sus descendientes -un buen número, residentes en Francia- en el mismo lugar de Barcelona para hacerles entrega de una copia de su colección particular y hacerse una fotografía con la misma cámara que utilizó su padre hace 75 años.

El propio Agustí, tan retraído a la hora de hablar del pasado y de su trabajo de fotoperiodista, reconocía el valor especial de esta imagen, que dio a conocer el estallido de la guerra española en muchos rincones del mundo. Junto con la del guardia de asalto (Mariano Vitini) en una esquina de aquel cruce de calles y un casco colgando, que al parecer era un trofeo, afirmaba que eran sus dos fotografías que "habían dado la vuelta al mundo".

Lo cuenta el investigador Antón Gasca, que ha realizado un estudio en el archivo de Centelles depositado en el Centro Documental de la Memoria Histórica. La serie completa de la calle Diputació consta de 20 imágenes y la fotografía original de la barricada de caballos era horizontal. Centelles realizó sin embargo un encuadre vertical para dotarla de mayor "fuerza e impacto", afirma Gasca. Newsweek acercó aún más la imagen sobre los guardias republicanos al reproducirla en su portada.

Centelles nació en Valencia, pero se desplazó pronto con su familia a Barcelona y se educó allí. Sin embargo, Joaquín Gasca, el impulsor de la investigación sobre el fotógrafo, asegura que sus orígenes le marcaron siempre. "Su tratamiento de la luz es equiparable al de Sorolla", afirma.

Octavi subraya lo poco dado que era su padre a recordar el pasado, aunque no se escondía cuando le preguntaban: "Conoció la miseria, la esperanza y las bofetadas de todos después de la guerra". Tantas, que el reconocimiento no le llegó hasta que se asentó la democracia.

Una obra escondida durante casi 40 años

Si los hermanos Vitini han permanecido sin identificar durante décadas, también el autor de la famosa fotografía quedó en el anonimato durante años. Perdida la guerra, Centelles se exilió a Francia y se llevó consigo el grueso de su trabajo en la contienda. Estuvo en el campo de concentración de Bram, donde continuó fotografiando -son algunas de las imágenes redescubiertas en los últimos años-, y pasó a colaborar con la Resistencia francesa durante la II Guerra Mundial (hacía fotos para identificaciones falsas). Detenido parte de su grupo y perseguido por la Gestapo, regresó a España, pero lo hizo sin su archivo de la Guerra Civil. Podían ser comprometedoras y revelar identidades si el material era interceptado. Así que dejó aquella maleta en la buhardilla de la casa en Carcasona de una familia amiga. En Barcelona ya no pudo volver al fotoperiodismo y se dedicó a la imagen para publicidad. Al morir Franco, volvió en 1976 a Carcasona para recuperar la maleta que nunca olvidó y que es la base del archivo que hace unos años causó un conflicto por la decisión de los hijos de cederlo al Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca.