La reducción presupuestaria aplicada por el Consell para el próximo ejercicio al Palau de les Arts -tal como informaba ayer Levante-EMV ha dejado en 16 los 19 millones previstos inicialmente frente a los 32 de sus primeras temporadas-no hace sino situarlo en una situación complicada, al menos en lo que respecta a su funcionamiento ordinario.

Y es que el Consell ha equiparado el presupuesto de que dispone el propio Palau de la Música con el que contará Les Arts en 2012, aunque sus objetivos son completamente distintos, así como las prestaciones de ambos edificios o el volumen de sus plantillas. De hecho, el Palau de la Música es una sala de conciertos mientras el Palau de les Arts fue planteado inicialmente por la Generalitat como un contenedor multiusos abierto a todas las artes y con la ópera como principal referente: el buque insignia de la cultura valenciana, decían.

Sin embargo, ninguno de los gestores del departamento de Cultura ha sabido cómo gestionar un espacio que debía nutrirse de todos los organismo adscritos a la Generalitat pero que no han cedido a un intercambio de colaboraciones, salvo el Instituto de la Música que tiene las competencias sobre el Cor de la Generalitat.

Este reajuste económico, bien es cierto, va a conllevar una nueva vuelta de tuerca sobre una plantilla de técnicos que supera el centenar de personas al tiempo que obligará a tener alguna de sus salas cerrada, pese a que la concepción técnica del inmueble impide un cierre individual o temporal de espacios.

El denominado Festival del Mediterrani también aparece seriamente amenazado pese a la venta conjunta de abonos, mientras los ingresos por patrocinio se han reducido hasta lo tres millones y algunas de las cantidades recibidas son en especies. También han desparecido las colaboraciones del Ayuntamiento de Valencia y su diputación provincial.

Fuentes del Palau de les Arts admitían la delicada situación a la que se enfrentan y confiaban en un reconsideración del ajuste antes de tener que recortar en iniciativas o nombres.