¿Qué hay que tener para dedicarse hoy al teatro privado: moral, paciencia, pasión?

Un punto de locura. Todo aquello que es creativo no tiene precio. El teatro es una fábrica de sueños, un negocio difícil de gestionar porque vendemos ilusiones y otros muchos valores añadidos. Esta profesión tiene su magia porque cada día es diferente. Me preocupa que no siempre se valoren suficientemente las artes escénicas.

Ha empezado usted muy pronto a ponerse crítica.

Porque las artes escénicas no son un libro. Una función se crea para un momento, cada espectador lo ve de manera diferente y cada noche es distinta. El teatro es un mundo muy duro al que hay que dedicar muchas horas para que nada falle y todo sea perfecto y creíble.

¿Dónde se encuentran entonces las satisfacciones del empresario privado que arriesga su dinero y desconoce cómo puede terminar reaccionando el espectador?

En la cara de la gente. Entiendo el teatro como un hecho social y educativo. El teatro hace pensar y reflexionar y eso es tan difícil de conseguir hoy en día que... El teatro genera ilusiones, evade, distrae... Todo eso no tiene precio.

Aunque cada día cueste más levantar el telón.

Este es un mundo muy complicado. Un teatro privado es un riesgo continuo y las compañías acuden a una realidad que es la taquilla. Hay miedo por el momento que vivimos y la gente, hoy en día, se lo piensa mucho a la hora de comprar una entrada.

Sin embargo, cuando todos los sectores culturales parecen estar de capa caída, el teatro llena salas, los musicales triunfan y las producciones no paran de girar. Siempre se ha dicho que es la disciplina eternamente en crisis, pero la que hoy mejor funciona, creativa y popularmente.

Pero aún así el teatro está abandonado en comparación con el cine. Me he criado en el mundo del cine pero he de admitir que desde las administraciones públicas se ha apoyado mucho más al cine que al teatro cuando el teatro es el que eleva el nivel cultural de un país y genera beneficios intelectuales. La Sociedad General de Autores (SGAE) recauda de las artes escénicas muchísimo dinero. Y, sin embargo, las ayudas que se han dado al cine y su número de espectadores es proporcionalmente mayor en un sentido y menor comparativamente con relación el sector teatral.

Para muchos, el teatro también ha sobrevivido durante muchos años gracias al dinero público y a sus centros de producción.

Pero no ha recibido tantas ayudas como se ha dicho. Si hablamos de sectores industriales, y el teatro lo es, el que menos ha percibido es el de las artes escénicas. El teatro es también industria y en torno a él se mueven muchas pequeñas empresas, muchas pymes. Sin embargo, a la hora de recortar siempre se piensa en la cultura y principalmente en las artes escénicas

Aún así, no se olvide del café para todos y el sálvese quien pueda que ha imperado por estos lares durante muchos años.

Y también que hasta ahora no estábamos realmente unidos. Las crisis favorecen las uniones. Los valencianos no somos muy corporativos sino más bien independientes y rebeldes. Pero ha llegado un momento en el que todo está tan mal que la gente parece haber recuperado cierta ilusión y ha comenzado a unir fuerzas. Hablo de actores, directores, empresas privadas... Las crisis sirven para unirse.

Se abren nuevas salas, pero muere el Circuit; caen las subvenciones, languidecen los festivales y las producciones públicas...¿Cuál es la mayor preocupación hoy de las compañías teatrales?

Poder trabajar con normalidad y no sólo aquí sino también fuera.

¿El teatro valenciano tiene realmente peso de mercado fuera de su ámbito?

Aquí hay buenas compañías y grandes actores, aunque muchos acaben yéndose porque no se sienten respaldados. El problema es que los gobiernos han dado las ayudas como si estuvieran colaborando con una ONG. Ese es el error. Las subvenciones hay que entenderlas como ayudas a las empresas emprendedoras y más cuando hablamos de un sector como éste, mucho más complejo porque es creativo y depende de opiniones individuales.

Aporte una iniciativa.

Ahora está de moda hablar del turismo ¿Ha pensado lo mucho que se gasta en promocionar el turismo? Hay que hacer una apuesta clara por unir cultura y turismo pero también gestionando bien. Quizá se ha gastado en exceso, y puede que no sea el momento de la subvención, pero sí lo es de buscar intercambios, fórmulas de colaboración entre el sector público y el privado.

¿No tiene la sensación de que a veces lo público compite con lo privado?

En muchas ocasiones sí. Echo de menos la colaboración en carriles paralelos. Valdría la pena que nos sentáramos todos en una mesa y dejáramos de mirarnos como competidores. Al menos, soy idealista.

¿Qué debería hacer el sector público?

Producciones como se hacían hace años, apuestas de cierto riesgo, algo de comercial, pero no sólo comercial. Lo que diferencia lo público de lo privado es que nosotros nos arriesgamos continuamente y formamos pequeños equipos. El sector público no corre riesgos. En Valencia, por ejemplo, ha aparecido en los últimos años un numero importante de salas alternativas y otras privadas que habría que cuidar, porque están formando nuevos espectadores y apostando por otros lenguajes.

¿Existe un perfil medio de espectador valenciano?

No existe un único perfil. Es muy variado. El único secreto para ganar público y mantenerlo es ofrecer calidad y nunca engañarlo.

¿A qué se refiere cuando habla de engañar?

A defraudar y dejarlo insatisfecho. Tengo mucho respecto por el público. Antes, ir al teatro era un acontecimiento ¿Por qué no volver a eso? Lo único que pido a los políticos es que divulguen, promocionen y faciliten el acceso de los espectadores a todos los espacios. Ahora que se habla tanto de turismo y cultura no se debe aspirar a que los turistas vengan sólo a comer una paella sino a que descubran las posibilidades de la ciudad, su riqueza cultural. Es el momento de las sinergias, de las colaboraciones.

¿Cree que TVV ha ayudado lo suficiente a crear eso que llaman star system y ha dado un verdadero empuje a su sector?

Series como l'Alqueria blanca o Bon dia, bonica han dado a conocer al gran público a todo un plantel de actores. Ese es el trabajo que hay que hacer. En los últimos años sí ha existido un apoyo y ojalá TVV solucione sus problemas y continúe haciéndolo. TV3 apoyó desde el primer día muchísimo a sus actores y así les ha funcionado. Al menos, que se dé a conocer lo que aquí se hace.

¿Visto lo visto, cómo ve su negocio en unos años?

Si interesara de verdad se apoyaría a muerte porque al final vamos a tener un país que sólo venda sol. Nuestros hijos se merecen algo más que botellón e irse fuera a trabajar. Un teatro es un equipo de personas en el que todos son importantes y necesarios y funciona como una gran familia, desde la taquilla hasta el técnico de escenario.

¿Cree que a las nuevas generaciones les mueve realmente la escena?

Creo que hay un interés creciente a pesar de que se ha promocionado poco. Pero también es cierto que hay que aprovechar la imaginación para acercar a un nuevo público. El problema es que aún se lee poco. Pero es la sociedad que tenemos, acomodada en exceso, sin ánimo de riesgo. El teatro ofrece respuestas y ha de revolucionar por dentro. Hay que volver a pensar que necesitamos sentir las cosas. Y una obra de teatro es una gran verdad. Sólo se trata de invertir donde es necesario y aplicar sentido común.