Un cuento o una novela puede dar para un cuadro, pero a Ximo Amigo le ha dado para toda una exposición. La excusa, la narración de Italo Calvino El vizconde de mediado, la historia fantástica del noble partido en dos por una bala de cañón cuyo cuerpo se convierte en dos personajes distintos, uno bueno y otro malo, y que sólo el tiempo permite volver a unir ambas partes para estar con la mujer querida.

A Ximo Amigo, la historia le conmovió. Y alejándose de su trabajo anterior, aquel en el que la intervención sobre imágenes publicitarias era la base principal, pero sin perder su mano ni su estilo, se enfrascó en la producción de esta exposición que ahora muestra en la Galería Cuatro de Valencia.

Amigo ha desmenuzado la historia para contarla a su manera a través de los cuadros. "La historia me cogió. La leí varias veces. Me emocionó porque es fascinante. Así que comencé a recopilar datos y salió esta exposición", comenta.

La muestra exhibe a un Amigo más íntimo, pero también más maduro. Ha dejado de ocultar la gran parte de su obra, como antes hacía, cubriendo el metacrilato con pinceladas blancas. Él dice que ha descorrido el visillo. Además, los azules, verdes, el color pizarra predominan junto a una mayor presencia del dibujo a carboncillo, sin olvidar el collage. Es un trabajo de gran sensibilidad. "Aquí sale más la mano del artista y técnicamente ha sido un trabajo muy elaborado. Siempre he trabajado sobre ideas, pero nunca sobre textos concretos y esta exposición salió de la idea de la idea de un personaje para convertirse en una narración continuada", reconoce el artista de Bonrepos ausente de Valencia desde 2007 y que ha vuelto a lo grande.