Pepe Llácer es el escultor que no cesa. Ahora ha estado trabajando en Odense, Dinamarca. Le seleccionaron el proyecto que presentó al concurso convocado por Gaestatelier Holufgard, que es un centro de arte donde se congregan muchos artistas y en el que ha estado residiendo. El complejo pertenece al Estado danés y su gestión es responsabilidad del Ministerio de Cultura.

La convocatoria del concurso tiene carácter internacional. Llácer se fue al comienzo de curso y piensa volver más adelante. "Nada más llegar, realicé unas pequeñas esculturas para una colectiva con todos los residentes, que se montó en la sala de exposiciones del mismo centro y que todavía puede visitarse, hasta finales de mes".

Pero no termina ahí la cosa pues, a continuación, empezó a trabajar con el proyecto Hello. "Este trabajo se fundamenta en el dibujo de una línea de nueve metros y su proceso de construcción en el espacio".

La pieza está realizada en acero de siete milímetros y tiene una altura de tres metros. Cuando Llácer se refiere al dibujo como base de su trabajo, está diciendo que precisa puntualizar detalladamente lo que pretende llevar a cabo. "Dejo poco espacio a la improvisación y todo el proceso va desde el principio muy controlado. Cuando empiezo una escultura ya sé cómo va a ser al final. Soy un artista muy metódico y ese control al que aludo me lleva a respetar un horario y cierta disciplina".

Cada artista es un mundo. Los hay muy improvisadores y, por supuesto, los hay muy metódicos, como es el caso de Llácer, cuya vocación y coherencia están fuera de toda duda. "La escultura nace con la idea de bienvenida o saludo, de ahí el título del proyecto. Se relaciona con mi mundo escultórico a través del concepto de dibujo, volumen y espacio, y en este caso concreto se materializa especialmente en el aspecto espacia".

Llácer es uno de nuestros artistas que, con una larga trayectoria, ha desarrollado una escultura de concepto contemporáneo en la que se manifiesta una singular observación del ser humano en su relación con el universo que le rodea.

"He tenido contactos con galerías danesas, especialmente con la Rasmus de Copenhague y Odense, donde he dejado una escultura, con la promesa de facilitarles más obra", adelanta.