Rosanna Pastor llevaba más de un lustro apartada de los escenarios (su último trabajo en Valencia fueron aquellas lujosas Troyanas de Irene Papas). Esta semana ha sido la de su regreso a los escenarios: lo ha hecho en los Teatros del Canal de Madrid -los que regenta Albert Boadella- de la mano de l'Om-Imprebís, la veterana compañía valenciana que dirige Santiago Sánchez; y con un clásico moderno, Tío Vania, de Chéjov. Le acompañan en las tablas otros habituales de la compañía y de la escena valenciana, como Carles Montoliu y Carles Castillo.

La obra estará doce días en Madrid y, nada más empezar, tiene el 90 % de las entradas vendidas, según la sala. Luego vendrá la gira española, ya cerrada. Gijón, Santander, Las Palmas y A Coruña son plazas que esperan.

Sin embargo, y a diferencia de otras ocasiones, Valencia no estará en ese itinerario, pese a que Teatres de la Generalitat "fue el primero en tener el ofrecimiento", apuntan fuentes de la compañía.

No obstante, dado el tirón en la capital, el agujero en la agenda dejado por Valencia será ocupado con muchas posibilidades con una nueva estancia en Madrid.

El refugio madrileño de Imprebís no es caso aislado. Otros directores valencianos con trayectoria han hallado acomodo a sus carreras en la capital durante los últimos años. Precisamente, Carles Alfaro, que dirigió un Tío Vania para el Centro Dramático Nacional (CDN), vuelve a tener protagonismo estos días en los escenarios de Madrid, al dirigir el montaje José K. Torturado que la sala pequeña del Teatro Español estrena mañana.

Alfaro está apartado de las salas que controla Teatres desde que la sala Moma, que el escenógrafo puso en marcha en un local propiedad de su familia, cerró por falta de ayudas (Cultura la reabrió después como l'Altre Espai para clausurarla en 2009 alegando que el alquiler era caro). Además de las producciones citadas, Alfaro dirigió en 2010 en Madrid una premiada versión de El arte de la comedia.

Salvador Bolta (exresponsable de Sagunt a Escena) es otro nombre que podría unirse a la nómina de exiliados de la escena valenciana en Madrid.

Otro caso, pero en Barcelona, es el de Carme Portaceli. La directora presentó el pasado viernes su versión de Els baixos fons, de Gorki, para el Teatre Nacional de Catalunya (TNC). Su ausencia en las tablas valencianas viene de lejos -de 2004 es aquella Sopa de pollo con cebada-, ayudada además por la escasa relación entre Teatres y los organismos públicos catalanes.

Firmantes del "Així, no"

Carles Alfaro fue en 2011 uno de los impulsores del manifiesto Així, no, que pedía un cambio en el modelo de gestión de Teatres y, entre otras cosas, la salida de Gil Lázaro. Más de 400 profesionales se adhirieron a aquel manifiesto. Entre ellos estaban Santiago Sánchez y otros integrantes de l'Om-Imprebís. Portaceli también firmó.

En el caso de la veterana compañía valenciana (creada en 1983), la propia titular de Teatres subrayó al presentar uno de sus últimos espectáculos que no tenía problemas en sentarse al lado de firmantes del texto crítico con su labor.

Imprebís, en este sentido, ha estado presente en los locales de Teatres en los últimos años: Calígula (en el Talia en 2010), Orígenes (con un grupo de Guinea en Sagunt a Escena-2011) o Imprebís 5 estrellas (en el Talia en 2011).

Tío Vania, sin embargo, es un montaje de difícil encaje en el Talia (conlleva el trabajo de quince personas y la rentabilidad es imposible en este espacio por su aforo si, como sucede en los últimos tiempos, Teatres no paga caché y se limita a ofrecer la sala a taquilla). El único escenario posible por su capacidad era el Teatro Principal, pero no ha habido solución posible. La compañía asegura que desde hace más de un mes no tiene noticias de la Generalitat.

Quizá en esta ocasión el fomento del turismo cultural que defiende el Consell sea inverso y los valencianos tengan que ir a Madrid y Barcelona para ver lo último de Imprebís, Alfaro y Portaceli.