Diez años después de la muerte de Camilo José Cela, uno de los genios de la literatura del siglo XX, su único hijo, Camilo José Cela Conde, considera "tremendo reconocer" que su padre "ha desaparecido de los ambientes literarios" y supone que "la faceta más mundana" del Premio Nobel "le está pasando factura".

"Pero el verdadero Cela no es el marqués. Es el vagabundo que escribió Viaje a la Alcarria y dos o tres de las novelas más importantes del siglo XX", asegura Cela Conde con motivo del aniversario de la muerte del gran novelista, un hombre de letras integral y un trabajador infatigable: "El que resiste gana", era su lema.

Cela falleció el 17 de enero de 2002, y aquel día la sociedad española y los medios de comunicación de numerosos países se volcaron en ensalzar la trayectoria de quien no paró de abrir nuevos caminos a la literatura desde que en 1942 publicó La familia de Pascual Duarte, la novela española más traducida después del Quijote.

Austral comenzó hace algo más de un año a recuperar la obra de Cela y, de hecho, en febrero publicará Mrs. Caldwell habla con su hijo, pero como subraya Cela Conde, "es difícil de explicar", por ejemplo, cómo no se ha hecho "una edición crítica de los cuentos carpetovetónicos y de los viajes por España".

Además, Cela Conde dice que "desde muy niño mi madre me hizo entender que el oficio de escritor estaba por encima de la paternidad. Eso puede parecer tremendo pero hay que verlo en perspectiva. Gracias a ese oficio, tuve una infancia y adolescencia privilegiadas que me permitieron codearme con personajes de la élite de la literatura", comenta.

El autor de La colmena solía proyectar en público una imagen de hombre provocador. "A mi padre le encantaba mostrarse como un ogro que se desayuna con niños crudos. Luego, en familia, era una persona afable, amigo de sus amigos, enemigo de sus enemigos; vamos, como todos", rememora Cela Conde, quien opina que "la principal virtud" de su progenitor era que "jamás daba una causa por perdida".

La herencia de Cela tiene enfrentados a Marina Castaño y al hijo del escritor desde hace diez años. Hace dos, la Justicia dio la razón al hijo del Nobel y cifró en 5,2 millones de euros la cantidad con que debía ser compensado. Pero "la justicia es lenta en España. A ver si el nuevo ministro dota a los juzgados de medios acordes a este siglo y se alivia el atasco", desea Cela Conde.