¿Se nos da mal hablar en público?

Se nos podría dar mejor. Es curioso que no se nos dé bien precisamente a los españoles, nos pilla muy cerca de donde surgen la oratoria y la retórica. En Estados Unidos, que no tiene nada que ver con Grecia y Roma, cualquier mocoso es capaz de hacer un discurso sin problemas.En Estados Unidos, en colegios, institutos y universidades tienen dos asignaturas: public speaking y critical thinking.

¿Cómo casamos esa vergüenza con los tertulianos de "Sálvame", que hablan sin saber con una soltura pasmosa?

Hay que diferenciar entre el buen orador del caradura. Perder la timidez se puede conseguir cualquiera con práctica, ahora bien, lo que dice ¿es algo coherente? ¿está bien expuesto? ¿sabe provocar cosas? A mí no me provoca ningún gusto escuchar hablar a Kiko o a Belén Esteban.

¿Hay buenos oradores en los medios de comunicación?

Hay grandes profesionales, dos, y otros que se desenvuelven y lo hacen bien. Uno es Carlos Herrera y otro es Xavier Sardà.

¿La prensa ha perdido la batalla?

La prensa no pasa por el mejor momento. Por dos razones, la crisis y que las nuevas generaciones leen cada vez menos. Es una educación deficitaria desde los institutos. No hay hábito de lectura. El ministro de Educación podría hacer algo. Si un alumno consigue saber leer y escribir perfectamente cuando acabe la carrera me daría con un canto en los dientes. El ministro, además, estaría ayudando a una industria fundamental sobre la que se deposita el ejercicio del derecho a la información. Si cierran medios, se resiente la democracia.

Trabajó con asesores de Al Gore. ¿Tienen mucho que aprender los políticos españoles de los americanos?

Respecto a cómo hablar en público, sí, mucho. Los políticos de ahora son la consecuencia de lo que antes contaba y no se enseñaba oratoria y retórica. No hay que fijarse en grandes políticos o en uno que es un animal de la oratoria, como Obama. Clinton también lo era. Hay países que tienen algo innato. En América Latina el mocoso más pequeño, sin formación, habla y usa el español con un gustoÉ Duele que el idioma que usen se origine en un país que no se preocupa de trabajarlo, mimarlo.

¿Los políticos les hacen caso?

Hay de todo. Es raro que se sepa quiénes están detrás de los políticos. En Estados Unidos no solo se sabe, sino que publican el trabajo que están haciendo con ellos: Peggy Noonan, redactora de discursos de Reagan o los millones de asesores de Obama. Aquí, cuando uno trabaja con un político, lo primero que te dice es "por favor, que esto no se sepa". ¡Como si fuera terrible que un político reciba clases sobre cómo hablar! Se avergüenzan.