El IVAM parece un loft. Blanco, negro, gris y algo de rojo. Velas, lacados y esferas plateadas, los iconos decorativos del estudio. Desde la explanada, la reproducción de una vivienda —que costaría unos 500.000 euros— hace que uno se sienta como frente a un escaparate, la portada de una revista de decoración o un televisor con uno de esos programas de casas de ensueño inalcanzables (aunque las hay low cost, modulares). Con sus anuncios y todo (la muestra está patrocinada por Citröen y las firmas valencianas Porcelanosa y Vondom, con las que el estudio colabora).

A-Cero nació en 1996. Joaquín Torres, el arquitecto más mediático, es la cara visible; Rafael Llamazares, su socio. Son también diseñadores de espacios interiores y de mobiliario. La exposición recorre 15 años de proyectos a través de fotografías, planos y 25 maquetas. Está la Finca, la exclusívisima urbanización que concibió el fallecido Luis García Cereceda en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y que se ha convertido en el lugar que concentra más famosos por metro cuadrado: desde Borja Thyssen al propio Torres, pasando por media plantilla del Real Madrid. Pero no solo La Finca. Ellos insisten en que es apenas la punta del iceberg de su trabajo, mil proyectos, un equipo de 70 profesionales, oficinas en Dubái —donde se les encargó un proyecto urbano de 500.000 m2 en competencia con urbanistas de la talla de Foster— Beirut, Moscú, Santiago de Chile, Bombay u Ho Chi Minh.

La exposición, comisariada por Juan Lagardera, se podrá visitar hasta el 10 de junio. Se llama Vivir en la Arquitectura. Aunque también hacen VPO a la inauguración además de políticos (Alberto Fabra y Rita Barberá en cabeza) asitió un verdadero plantel de celebridades.