Sucumbe a la novela histórica.

Me apetecía este salto a la ficción. Hasta ahora siempre he escrito ensayo histórico para el gran público, y la gente me decía “¡cómo me ha gustado tu novela”! Al principio, me enfadaba, hasta que comprendí que era un elogio.

Casi todas las reinas de España han sido desgraciadas, ¿es más un horror que un honor?

Ser reina y ocupar un trono no es un camino de rosas. Son personas que están atadas a un cargo de Estado vitalicio del cual no pueden escapar y que conlleva la pérdida de libertad y de intimidad.

«Ser reina en cualquier país es cosa penosa, pero ser reina en España es lo peor de todo».

Sí, lo dijo Isabel Carlota de Baviera ya en el siglo XVII.

El rey Juan Carlos, al ser entronizado, rechazó tener corte.

Es uno de los cambios que introdujo doña Sofía, una reina pionera. Después de 40 años de una dictadura, tuvieron que inventarse una monarquía acorde con la nueva sociedad, y uno de sus éxitos fue cargarse la corte y el antiguo protocolo.

La naturalidad y la cercanía son fundamentales, dice usted, ¿ve esas virtudes en la princesa Letizia?

La princesa Letizia ha tenido un camino difícil, tuvo que aprender muy rápido y muy a la vista de la opinión pública. Desde el primer minuto se escrutó cada gesto y cada palabra. Como es muy perfeccionista, tiene un punto de rigidez y de miedo a la crítica. Frente a princesas europeas de un perfil semejante como Kate Middleton o Máxima Zorreguieta, a Letizia se le sigue notando el temor a meter la pata, y le falta naturalidad. Desde que fue criticada por decir “cállate, ahora me toca a mí hablar” sufrió mucho.

¿Da una imagen de frívola?

La Casa Real debería fomentar otra imagen, más alejada de las revistas del corazón y menos pendiente del traje y los zapatos. Ese punto de frivolidad no le favorece. Debería dar imagen de una princesa involucrada en cuestiones sociales.

La valoración de la Corona ha caído tras el caso Urdangarin.

No da una imagen muy buena, desde luego, pero la monarquía es una institución muy sólida. La monarquía es de las pocas instituciones que resiste, a pesar de los monarcas. Ha demostrado ser muy valiosa, sobre todo en un país como España, muy dada a la división política; unifica y está por encima de los partidos.

¿Urge la reforma constitucional para eliminar la prevalencia del varón al trono?

Es una reforma necesaria. No se puede hablar de igualdad de derechos cuando la primera institución del Estado da ejemplo de todo lo contrario. Los partidos aplazan la reforma porque les da miedo que se convierta en un referéndum sobre la Monarquía.