¿Cómo se siente tras la notificación?

Tranquilo. Me da pena el desconcierto que se ha armado en tiempos cuando lo que más precisa la Iglesia es ser órgano de fraternidad. Esta notificación no contribuye a hacer creíble en mensaje del que está encargada y al que se debe.

¿Cómo juzga el procedimiento utilizado por los obispos?

No son "los" obispos, sino una comisión muy concreta y con una teología muy estrecha. Ha procedido sin verdadero espíritu de fraternidad eclesial y sin el mínimo de seriedad teológica exigible.

La Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española, después de estudiar el conjunto de su obra, concluye que "no es siempre compatible con la interpretación auténtica que ha dado la Iglesia de la Palabra de Dios escrita y transmitida", ¿se siente descalificado?

Siento tener que decir que no se ha estudiado el conjunto de mi obra. El documento muestra un desconocimiento de lo que en ella se propone. Si pretende juzgarla, sólo puede hacerse desde un estudio suficiente y con una hermenéutica actualizada. En el documento se me atribuyen cosas o se duda de otras de un modo objetivamente descabellado. Invitaría a quien esté interesado, a que compruebe como varias veces no resulta difícil comprobar que incluso en un mismo párrafo el juicio que da no se corresponde con la cita literal que aduce. En esas circunstancias no puedo sentirme descalificado y, mucho menos, admitir que mis propuestas no sean compatibles con la fe; otra cosa es que no lo sean con una teología concreta, que en general no es precisamente la de un pensamiento verdaderamente actualizado.

¿Se siente un nuevo hereje del catolicismo español?

Eso, y perdónese la expresión, es un simple disparate, que no merece comentario. Tampoco lo dice el documento, claro está.

El órgano de la Iglesia -heredero del Santo Oficio de la Inquisición- asegura haber recibido "repetidas" consultas sobre la conformidad de sus escritos, ¿había sido advertido con anterioridad esas denuncias?

No conozco esas consultas, y no hay por qué negarlas. Nunca, que recuerde, se me ha avisado de ellas. Lo que sí puedo afirmar es la lluvia fecunda de testimonios que me han llegado y me llegan continuamente de personas que me dicen que mi teología las ayudado a mantenerse en la fe o incluso a volver a la que habían abandonado. Tal vez algún día publique una antología, con testimonios a veces conmovedores.

¿Tuvo ocasión de explicarse en alguna ocasión?

Gracias a la insistencia del arzobispo de Santiago hubo una reunión que no pudo cumplir los mínimos requisitos de un diálogo teológico serio. Un diálogo al que siempre me he mostrado dispuesto y para el que pedía y sigo pidiendo un compromiso explícito y en conciencia de estudiar los temas en cuestión y estar decididos -empezando por mí- a buscar la verdad y solo la verdad. En este caso la decisión estaba tomada, y desde hace años, como he podido comprobar comparando el documento del año 2008-09 y el presente.

¿Va a mantenerse en su línea de pensamiento y seguirá escribiendo?

No lo dudo. Es mi vocación, que vivo con dedicación plena y entusiasta. Me gustaría poder acabar pronto un libro que este triste episodio ha venido a interrumpir: Alguien así es el Dios en quien yo creo. Me gustaría que fuese de algún modo una primera contestación tranquila y fraternal, pues, aunque no puedo renunciar a la claridad, quiero escapar de todo asomo de amargura o agresividad.