Judy Garland, la gran diva de los años cuarenta en el cine de Hollywood, volverá a la vida desde el 19 de abril hasta el 1 de mayo en el Teatro Olympia con la obra de Peter Quilter Al final del arco iris, que tras años de gran éxito en Londres, y su puesta en escena en el Marquina de Madrid con idénticos resultados, llega a Valencia en la figura de Natalia Dicenta, actriz con pedigrí de casta teatral envidiable y que se declara apasionada de la vida y milagros de la desaparecida actriz y cantante norteamericana.

Bajo la dirección de Eduardo Bazo y Jorge de Juan, Al final del arco iris se presenta como una mezcla de comedia y drama. "Es la obra teatral de mayor impacto que conozco en los 34 años que llevo en este mundo del espectáculo, por lo que espero que el público de Valencia la admire y disfrute", afirma De Juan.

Natalia Dicenta, un manojo de nervios y dinámica hecha mujer, con claro mimetismo físico heredado de su madre, Lola Herrera, se mostró ayer entusiasmada con este montaje sobre los últimos años de Judy Garland. La actriz se manifestó como una auténtica enterada de la trayectoria de la intérprete hollywoodense.

Sin embargo, marcó también sus diferencias con la Garland: "Yo he vivido mi niñez rodeada de amor, mientras que ella adoleció de ello siendo niña, aunque contó con el amor de su padre".

Natalia confesó que se interesó por Judy Garland no solo con el texto de la obra. "He leído mucho sobre ella, me he enterado de su auge y su declive, si bien apenas he visto sus películas". Y añadió que pese a su título, Al final del arco iris, no relata el ocaso de una vida, sino "una parte de su recta final en tono de comedia, tras la que puede detectarse un drama".

Cantante de jazz notoria y actriz por herencia, Natalia dice "no estar obligada a ser actriz por herencia familiar, siendo nieta e hija de actores. Desde muy pequeña me ponía los zapatos de mi madre, me disfrazaba y me miraba al espejo interpretando a mi manera. Fue algo absolutamente instintivo y nunca impuesto", confesó.

Igualmente dijo no atender más a su carrera como actriz que como cantante. "Hago mis conciertos y mis funciones alternativamente, y en esta obra tengo el placer de conjuntar mis dos grandes vocaciones, porque en el texto de Al final del arco iris, cuando terminan las palabras comienza la música".

Natalia Dicenta deja claro que este montaje no es un musical al uso. "No es un gran espectáculo, un musical con una espectacular puesta en escena, sino una comedia con canciones y un gran contenido, porque demuestra que al final del arco iris puede haber mucho amor y mucha vida".

Y añadió que de las canciones de esta obra se ha grabado un disco, "si bien no ha llegado a ponerse a la venta, ignoro por qué causas de su producción". La actriz comparte elenco con Mauro Muñoz y Nacho López.