Enhorabuena por el premio.

Muchas gracias. Ha sido un subidón, algo inesperado. Y estoy súper contenta porque la verdad es que no lo esperaba. El viernes por la tarde fue la entrega de premios y me dijeron con antelación que tenía que asistir porque habían organizado una selección de autores y demás. Pero no sospechaba en absoluto que me fueran a dar el premio de «Autor Revelación». Sabía que se habían producido unos cambios en la entrega de los galardones y... bueno, fue una sorpresa muy grande cuando dijeron mi nombre. Una enorme alegría porque este año ha sido muy prolífico en nuevos autores que han publicado por primera vez su libro y, que te elijan a ti, pues es muy gratificante.

El premio queda de perlas para un currículum tan joven como el suyo...

Es muy importante este premio, porque es una buenísima carta de presentación en el que es mi primer libro. Es algo muy positivo.

¿Por qué vale «Sangre de mi sangre» un galardón así?

Sangre de mi sangre es un proyecto de mucho tiempo. Pero es que tampoco he sabido hacerlo en menos tiempo. Lo he compartido con otros trabajos, pero tampoco tenía exactamente la madurez que quería contar. Para mí, el guión es muy importante, y no lo tenía muy claro. Por eso he necesitado muchas páginas para saber lo que quería contar. He tenido que tirar muchas páginas a la basura para contar este libro, y que tuviese forma.

Como una terapia personal...

Sí, porque con el libro me he descubierto a mí misma, y haciendo estas páginas como que te vas conociendo a ti mismo.

Lo cierto es que sus dibujos tienen una personalidad muy marcada, una firma perfectamente reconocible. Las curvas, el blanco y negro...

No es algo que esté buscado. Empecé a dibujar así porque no sabía dibujar de otra forma. Y vas haciendo páginas, las vas publicando y lo vas viendo. Al principio, empecé en un fanzine que no tenía pretensiones de ser profesional. Empezamos ahí unos colegas a hacer páginas, a graparlas nosotros mismos y a moverlas. Incluso he venido al Salón del Cómic de Barcelona para vender nuestra obra. Y como el estilo era un tanto oscuro y tenía un halo de mal rollo decidimos llamarlo Fanzine Enfermo. Y al final fue un trabajo muy cuidado con el que publicamos siete números. Un trabajo muy serio con el que te desarrollas estéticamente y encuentras tus soluciones. Desarrollas tu estilo y un poco las cosas que no controlas. Ahí encuentras tu estilo y tu manera de cómo hacerlo.

¿Y por qué le ha dado por dibujar en su vida?

Nací en Bigastro, me fui a estudiar Bellas Artes a Valencia, y allí conocí el mundo del cómic, que fui también enfocando al final de mi carrera. Luego estudié en Barcelona, en la Escuela de Ilustración y me largué después un año y medio a Francia: en el Maison de Auteurs.

Un centro de alto rendimiento para jóvenes dibujantes...

Es una casa que está donde se celebra el Salón del Cómic más importante de Europa. Es un edificio que tiene talleres para trabajar individual y colectivamente. Llegué allí por un concurso en España que no gané, pero vieron mi trabajo y entonces me aceptaron. Y con la posibilidad de tener un taller y una vivienda, fue lo que hizo que tuviera y potenciara el proyecto de Sangre de mi sangre. Me fui con 63 páginas, regresé de Francia con 120, y las restantes las terminé en España.

Su primer libro le ha llevado mucho tiempo...

Me ha llevado mucho tiempo y he vivido en todo ese tiempo, la verdad, con concursos y becas a los que me he presentado. Porque cuando salí de España, por entonces, había un montón de concursos y becas. Ahora no sé cómo estará la cosa...

¿Se siente más valorada en el extranjero que en España por su trabajo?

En absoluto. Tengo tanto prestigio en España como en el extranjero. Aunque todo es muy relativo, porque los círculos en donde te mueves no son comerciales ni muy mayoritarios. A mí, siempre donde he ido, me han tratado muy bien, y he estado invitada en muchos festivales de España, Francia y, próximamente Italia, donde se editará en breve Sangre de mi sangre.

¿Qué proyecto tiene en mente?

Otro libro, pero necesito mi tiempo y estoy pensando dibujos y tomando notas. Estamos, cómo decirte, en barbecho. Pero lo que tengo claro es que voy a hacer una serie de cambios, tanto gráficos como en el color, y pienso en un trabajo mucho más ligero, corto y colorista. Por eso voy a seguir investigando.